Pasan los días y nada o muy poco se mueve en el indiscutible culebrón del verano, la posible salida de Vicente Moreno. La situación en la tarde de ayer seguía siendo la misma que el día anterior. El club de Cornellà El Prat se ha encontrado fuera del terreno de juego con su rival más temible, Robert Sarver. El principal accionista del Mallorca se niega en redondo a perdonar un solo euro de la cláusula de rescisión de su todavía entrenador y exige el millón que se establece en el contrato para abandonar la nave mallorquinista.

Los norteamericanos, con Sarver a la cabeza y secundado por el presidente Andy Kohlberg, no entienden que una persona, en este caso Moreno, tenga un contrato firmado hace escasamente un año y deje de respetarlo a las primeras de cambio. Las razones argumentadas por el técnico a su círculo más íntimo, de que nota síntomas de cansancio por el desgaste sufrido y considera que ha cumplido un ciclo, no convencen a la propiedad, que insiste en que los contratos están para cumplirse. Y si no quiere hacerlo se remiten a su cláusula de rescisión.

El Espanyol, que está demostrando una gran sangre fría en toda esta historia -al fin y al cabo a día de hoy carece de entrenador, al contrario que el Mallorca, que tiene a Moreno-, no se ha marcado una fecha para poner fin a esta situación, pero si el conflicto sigue sin solucionarse podría volverse atrás la semana que viene e ir en busca de otro entrenador. Ahora mismo ninguna de las partes cree que se va a romper la baraja, sobre todo porque a nadie interesa. El Espanyol quiere a Moreno a toda costa para su proyecto de regresar a Primera la próxima temporada y el Mallorca prefiere no contar con los servicios de un técnico que ya ha expresado sus deseos de irse y que se quedaría a disgusto.

El medio millón que ofrece el Espanyol por el fichaje de Moreno sigue sin convencer a los dirigentes mallorquinistas, pese a que económicamente la operación sería interesante para sus intereses. Además de cobrar estos 500.000 euros por su traspaso habría que contar lo que se ahorraría de la millonaria ficha del valenciano durante las dos próximas temporadas, cuando finaliza su contrato en 2022.

Romper la baraja

La situación está tan complicada que, aunque se cree que finalmente habrá fumata blanca, no se descarta ya entre los negociadores que la baraja se pueda romper, con el elevado coste de imagen que supondría tanto para el Mallorca, Espanyol y el propio Moreno, al no cumplir su objetivo ninguna de las tres partes.

La situación es tan insólita que Moreno, de vacaciones al menos hasta el próximo día 10, cuando el Mallorca inicia la pretemporada, podría estar asesorando en materia de fichajes, a priori un rival directo del Mallorca por el ascenso a Primera. Su rocambolesco fichaje entra en sus horas decisivas. Ya no hay tiempo para más. O se arregla o todo se va al traste.

Planificación El Mallorca trabaja sin el asesoramiento del entrenador

A poco más de una semana para que se inicie la pretemporada, el Mallorca trabaja en la planificación de la campaña en Segunda sin el asesoramiento del entrenador, ya sea Vicente Moreno, Andoni Iraola, que se entrevistó en Palma con el director deportivo Pablo Ortells este jueves, o cualquier otro. El capítulo de bajas y fichajes está paralizado pese a que Ortells trabaja para componer una plantilla lo más competitiva posible. La Liga, en principio, está previsto que empiece el próximo 12 de septiembre. Hay tiempo, pero en cuanto se solvente el tema del entrenador el club deberá ponerse manos a la obra. Palma