"Siempre estuve en el banco esperando para ver si me tocaba entrar. Cuando perdíamos 2-0, el entrenador me dijo que fuera a calentar y el ayudante me gritó que le metiera porque iba a entrar". Corría el minuto 83 en el Alfredo di Stéfano cuando Luka Romero (México, 2004) se adelantó al orden natural de los acontecimientos. El futbolista del Mallorca, insultantemente joven, debutó con el primer equipo sin antes pasar por el juvenil ni el filial y, con 15 años y 219 días, se convirtió en el debutante más precoz de la historia de la Liga . Además, tuvo un recibimiento peculiar. "Hola crack, ¿cuántos años tenés?", cuenta que le espetó Sergio Ramos nada más saltar al césped.

Al capitán del Real Madrid, Romero le debió parecer un niño entre adultos. Nada más lejos de la realidad, el internacional con las categorías inferiores de Argentina se arrancó los nervios propios del primer día y se desenvolvió con el desparpajo de quien lleva años en el oficio. Pese a los escasos diez minutos de los que dispuso para saborear su debut, no se escondió en absoluto. Ocupando el puesto de Baba y alejado del área rival, donde parece exprimir mejor sus cualidades, tomó parte en la salida de balón, condujo con confianza para romper líneas y entró al choque sin miramientos. "Fue increíble debutar contra ellos. Tengo guardada la camiseta del debut", manifestó en declaraciones a Radio Late, recordando un día que que guardará para siempre en su retina. Su respuesta debió dejar desconcertado al central sevillano. Lejos de aparentar quince años, Luka afrontó la oportunidad que le brindó Vicente Moreno con un tesón impropio de un chico de su edad.

Juegos con Dani Alves

Juegos con Dani AlvesRamos no es el único que quedó impresionado con su prematura calidad. En el verano de 2012, Luka tenía apenas ocho años y vivía en Formentera, mientras su padre jugaba en el equipo de la menor de las Pitiüses. "Una tarde estaba haciendo jueguitos en la playa y llegó Dani Alves con su grupo de amigos". El brasileño se acercó y, tras dar unos toque con el pequeño, quedó encandilado por su zurda. "Nos sacamos fotos y después me invitaron a comer. Mi viejo me acompañó a la puerta y me dejó ahí", recordó el futbolista bermellón.