Que de una plantilla de treinta jugadores, que se dice rápido, Moreno solo haya contado durante gran parte de la temporada con solo doce o trece es la prueba del algodón que explica la nefasta política de fichajes liderada por el consejero delegado pagado a precio de oro Maheta Molango, y principal motivo por el que le costó el puesto. El Mallorca empezó la Liga con una clara desventaja con respecto a sus rivales. El manido argumento de que la planificación estaba condicionada por el límite salarial, el más bajo de la categoría, sirve como excusa. Otra cosa es que cuele. Sin obviar que las dificultades aumentan con menos dinero, también es cierto que es en estas situaciones cuando hay que ponerle ingenio. Qué tienen equipos como el Eibar, Alavés, Leganés, Osasuna o Granada que carezca el Mallorca. Son entidades similares, pero con la diferencia de que estos han fichado con tino y los rojillos a ciegas. Hace falta una profunda remodelación para intentar el ascenso. Ortells tiene trabajo. Que empiece ya.