Vicente Moreno tenía tomada la decisión de abandonar el Real Mallorca desde hace varios meses. El técnico valenciano, de quien el pasado martes se supo que no continuará en el club pese a tener contrato hasta 2022, abandona cansado la nave rojilla. Considera que ha finalizado un ciclo en la entidad después de tres años de vértigo, en los que ha conseguido el ascenso desde Segunda B a Primera y, aunque remotas, todavía con opciones de mantener la máxima categoría a falta de dos jornadas.

Ni la salida del club del consejero delegado Maheta Molango el pasado mes de enero ha servido de acicate para que Moreno decida continuar en el Mallorca. Con el CEO mantuvo claras desavenencias, sobre todo en el capítulo de fichajes, que se puso de manifiesto durante la pretemporada en Málaga cuando el exdirigente respondió a las quejas de Dani Pendín, brazo derecho del valenciano, en un tono chulesco. En el mercado de invierno la situación tampoco mejoró con la llegada del surcoreano Ki -diez minutos en Eibar le contemplan-, el griego Koutris -lesionado de gravedad en su segundo partido como rojillo- y Pozo, el único titular aunque con un rendimiento irregular.

A los pesos pesados de la plantilla no les ha cogido por sorpresa la decisión de su entrenador, al que observaban cansado, harto de ser la cara del club en muchos de los malos momentos que ha habido durante la temporada. Ausente Molango, y con Alfonso Díaz con un marcado perfil bajo, pese a ser el nuevo hombre fuerte del club, Moreno se ha visto obligado a taponar todas las vías de agua que se han producido, y eso le ha causado un gran desgaste que no está dispuesto a seguir asumiendo.

El técnico de Massanasa, que a falta de dos partidos para cerrar su etapa en el Mallorca suma 47 victorias, 30 empates y 38 derrotas, considera que si finalmente se logra mantener la categoría, se habrá conseguido poco menos que un milagro; y si desciende, lo hará luchando hasta la última jornada con una plantilla que muchos daban por descendida en diciembre.

Educado y especialista en no dar titulares -nunca dice una palabra más alta que otra-, Moreno nunca se ha quejado en público de los mimbres que han puesto a su disposición. Pero sus movimientos le delatan. Salvo Kubo y Cucho, ninguno de la larga lista de jugadores que llegaron el pasado verano se puede considerar titular. Es más, varios de ellos -Salibur, Señé o SeñéTrajkovski, entre otros- se han quedado fuera de la convocatoria un largo tramo de la temporada. Incluso con la reanudación de la competición tras el parón por el coronavirus, con partidos cada tres días, ha confiado habitualmente en el mismo once, en otra clara muestra de su falta de confianza en el resto de la plantilla, con jugadores que no han dado la talla cuando se ha requerido de ellos.

Moreno, que dejará la entidad previo pago de un millón de euros del club que le fiche, se irá acompañado de Pendín, su fiel ayudante, y posiblemente del resto de su equipo ya que su sustituto, que posiblemente se sepa la próxima semana, llegará con su grupo de trabajo. Su brillante trayectoria en el Mallorca le ha servido para hacerse un nombre en la elite de entrenadores del fútbol español, lo que sin duda le ha ayudado a decidirse a emprender el vuelo.

Un técnico codiciado

Vicente Moreno deja el Mallorca conocedor de que la próxima temporada ocupará un banquillo de Primera o Segunda. De momento, el club que ha sonado con más fuerza para hacerse con sus servicios es el Espanyol, colista y descendido ya a la categoría de plata, que ha pensado en el valenciano para ser el conductor del regreso del equipo a Primera. El Alavés, en plena lucha por la permanencia, y el Leganés son otros de los clubes que se habrían interesado en el valenciano.