Era el día en el que Alejandro Pozo más tenía que demostrar. Jugaba en su casa, ante el equipo que le tiene cedido al Mallorca, pero el andaluz cerró una noche para el olvido al participar en los dos tantos que el Sevilla anotó a los bermellones. En el primero el extremo cometió el penalti que Ocampos tranformó desde los once metros. El jugador del Mallorca tocó el balón con la mano y el colegiado, Cordero Vega, pitó pena máxima tras consultarlo con el VAR. Con el reglamento en la mano no había ninguna duda, aunque está claro que Pozo no puso voluntariedad en la acción. El segundo tanto llegó tras un saque largo de Bono desde la portería. Pozo perdió el duelo con En-Nesyri, quien aprovechó que Reina estaba adelantado, para anotar de vaselina el segundo tanto para los hispalenses.