A pesar de la trascendental victoria del jueves frente el Levante, el Mallorca continúa desfilando sobre el borde del precipicio que conduce a la Segunda División. No haber hecho los deberes a tiempo durante el año obliga a seguir ganando y a tener que esperar el fallo de los rivales por la permanencia. A tres puntos de la salvación tras la derrota del Alavés ante el Real Madrid, pero con el golaverage directo perdido, cualquier victoria del conjunto vitoriano, Celta y Eibar -ambos equipos a cuatro puntos de los rojillos en la tabla- en alguna de las tres jornadas que restan prácticamente obligará a los de Vicente Moreno a sumar los nueve puntos que quedan para la conclusión del campeonato como única opción para lograr la permanencia.

No hay tiempo para el error. Las cuentas de Vicente Moreno pasan por llegar con vida a la jornada 38, ya que antes es imposible lograr la permanencia matemática. Cuesta imaginar que ni Celta, Eibar o Alavés no vayan a lograr al menos un triunfo de aquí al final del campeonato. Es más, una derrota ante el Sevilla, unida a una victoria de los armeros o del conjunto vigués este fin de semana -se enfrentan al Espanyol y Osasuna respectivamente-les dispararía en la tabla a siete puntos de los rojillos, otorgándoles la salvación matemática. Por otro lado, el Alavés disputa su encuentro ante el Getafe el lunes, por lo que en el mejor de los escenarios el Mallorca estaría empatado a puntos con ellos, pero en el caso opuesto continuaría a tres de distancia, con la necesidad de lograr cuatro puntos como mínimo.

El calendario, la inmediatez de los encuentros y el estado de forma son las tres claves que van a marcar el devenir de la batalla. Además del encuentro de mañana ante el Sevilla, con los de Julen Lopetegui a un paso de cerrar su clasificación matemática para la próxima edición de la Liga de Campeones, el Mallorca se enfrentará al Granada el jueves 16 de julio a las 21.00 horas como local­ y viajará a Pamplona para medirse a Osasuna el domingo 19 de julio en idéntico horario.

En el caso del Alavés no son pocas las nubes negras que vaticinan tormenta al ver su calendario. Pasado el mal trago de enfrentarse al líder de la Liga, esperan en la recámara el Getafe, inmerso de lleno en la lucha por los puestos europeos, un Betis ya salvado y con nuevo entrenador y el Barcelona como postre en la última jornada, que si bien puede haber dicho ya adiós a su aspiración de lograr la Liga, no deja de ser un conjunto repleto de estrellas con las eliminatorias en agosto de la Liga de Campeones en el horizonte. Tanto por su cercanía en la tabla como por la dificultad de su enfrentamiento, el conjunto babazorro es sin ninguna duda el gran rival a batir por los bermellones.

El Eibar y el Celta cuentan con un calendario bastante más amable. Ambos deben medirse al ya descendido Espanyol, un arma de doble filo al ser un equipo desprovisto de toda presión y con tan solo la dignidad y el orgullo como motivos para seguir compitiendo, aunque con ninguna aspiración deportiva. Valladolid y Villarreal en el caso de los de Mendilibar y Osasuna y Levante en los de Oscar García son los otros partidos que deberán afrontar de aquí al final del curso.