Un gol de Cucho a seis minutos para el descanso y un segundo de Kubo a seis del final dieron una trascendental victoria al Mallorca sobre el Levante en su desesperada lucha por la permanencia. El equipo de Vicente Moreno sigue muy vivo en la pelea y traspasa toda la presión a un Alavés que esta noche visita al líder y casi campeón Real Madrid. Si algo tienen los equipos de Moreno, y ya van tres temporadas en la isla, es que son persistentes. La pasada campaña en Segunda se mantuvo buena parte del curso en posiciones de promoción. La consiguió y ascendió contra pronóstico con muchos de los protagonistas del ascenso de Segunda B. Este ejercicio va camino de repetir la proeza porque no otra cosa sería si al final se mantiene un año más entre los grandes.

Al Mallorca no le quedaba otra que ir a por el partido desde el pitido inicial. Y mostró sus intenciones desde el minuto 1, acechando la portería de Aitor Fernández, junto a Reina el guardameta que más para de Primera.

Enfrentarse a un equipo con los deberes hechos es siempre un arma de doble filo. Nunca sabes qué rival te encontrarás, si uno relajado y pensando más en las vacaciones, u otro metido con ganas de acabar la temporada con buen sabor de boca. Lo cierto es que el equipo de Paco López, natural de un pueblo separado solo tres kilómetros de Massanassa, localidad natal de Moreno, juega bien a fútbol. Tiene jugadores muy interesantes, empezando por el propio portero, y siguiendo con Bhardi, Morales y, sobre todo, Campaña, el faro del equipo. Como se preveía, el Mallorca se tuvo que currar el triunfo porque su rival, aunque no se jugaba nada, no se lo puso fácil.

Ausente Lumor, Moreno puso a su once de gala sabiendo que el partido importante era el de ayer. El del domingo en Sevilla queda muy lejos. Y el equipo salió enchufado. Fue a por el gol desde el primer momento, con Cucho y Kubo por las bandas y un desacertado Budimir de delantero centro. La ambición del equipo queda demostrada por el hecho de que en toda la primera parte disparó hasta diez veces, más que en cualquier otro partido en la temporada. A los veinte minutos llegó la jugada polémica del partido en una caída de Dani Rodríguez en el área. El árbitro no solo no señaló penalti, sino que mostró incomprensiblemente tarjeta al gallego por entender que había simulado una caída. Contacto hubo, por lo que la cartulina amarilla sobraba.

El Mallorca obtuvo premio a su insistencia en el minuto 39 cuando Cucho se anticipó a Coke para batir a Aitor Fernández en un gran centro de Pozo desde la derecha. Un enorme gol por el espectacular salto del colombiano marcando todos los tiempos y su gran potencia en el remate. Lo más difícil se había conseguido. Había que mantener este resultado, puro petróleo, hasta el descanso.

Como se preveía, en la segunda parte el Levante se hizo con el control del balón. Peligrosamente, el Mallorca se limitó a defender la mínima ventaja y a intentar aprovechar la oportunidad que se le presentara. Los valencianos dominaban, pero ningún remate entre palos, tampoco el cabezazo de Roger en el minuto 68 en una gran ocasión. Fue un aviso.

Moreno no lo debió ver muy claro porque a veinte minutos del final dio entrada a Febas, que abandonó el terreno de juego jurando en hebreo. No entendía el cambio. Pese a que su productividad fue menor que en el primer tiempo, su entrega es encomiable.

El calvario, la tensión, finalizó a seis minutos del final con el gol de Kubo en una acción iniciada en tres cuartos del campo por el propio jugador japonés. Su remate fue interceptado por Aitor Fernández, el balón cayó a los pies de Budimir, que centró a Dani y este a Salva Sevilla. El remate del almeriense lo despejó el guardameta del Levante y el rechace lo aprovechó Kubo para marcar el 2-0.

El Mallorca cumplió con su parte y, por segunda vez en la temporada, enlaza dos victorias como local y, por primera vez en las últimas diez jornadas, deja la portería a cero. Falta una tercera victoria, el próximo jueves ante el Granada, y sumar los tres puntos en Sevilla o en Pamplona. El equipo sigue en la UCI, pero experimentando una ligera mejoría. Si será suficiente para salir de esta, saldremos de dudas en diez días. Diez días de infarto.