El Mallorca fue incapaz de aprovechar la inercia positiva tras la victoria ante el Celta y cayó derrotado por 3-0 en el Wanda Metropolitano, un marcador que pudo ser más abultado si los colchoneros hubiesen transformado sus numerosas ocasiones.

Morata inaguró el marcador desde el punto de penalti. Pese a que Manolo Reina atajó el primero, el colegiado, a instancias del VAR, mandó repetir la pena máxima. A la segunda, el madrileño no falló: un disparo a media altura muy complicado para Reina.

El segundo llegó tras una pérdida de balón de un muy poco intenso Trajkovski, que propició la llegada a línea de fondo de Marcos Llorente. Un certero pase al segundo palo hizo fácil el trabajo de Morata, que empujó el balón sin oposición.

Con las líneas adelantadas y buscando un gol que le metiese en el partido, la defensa bermellona dejó muchos espacios y propició la llegada del tercer gol. Un flojo y centrado disparo de Koke se envenenó tras tocar en el talón de Joan Sastre, haciéndolo imposible para el meta mallorquinista.