Dos errores de dos suplentes, Sedlar y Trajkovski, sentenciaron ayer al Mallorca en el Wanda Metropolitano en un partido en el que, hasta la acción del penalti, a los 25 minutos, los de Vicente Moreno tenían controlado. La derrota, por otro lado previsible ante un Atlético de Madrid que pasa por ser el tercer mejor equipo tras el parón después del Real Madrid y el Villarreal, continúa dejando al Mallorca en una situación límite, con la obligación de ganar el próximo jueves al Levante para seguir manteniendo esperanzas de salvación. Lo cierto es que cada vez queda menos y las oportunidades se van dejando escapar.

Moreno corroboró, si no lo estaba ya, la escasa profundidad de su plantilla. Cuenta con doce, a lo sumo trece jugadores. A partir de ahí, un desierto. Sedlar se cargó el partido antes de la media hora con una doble acción que penalizó a su equipo. Primero al cometer un absurdo y evitable penalti sobre Morata. El propio delantero se encargó de lanzarlo y Reina respondió con una gran intervención. Pero el árbitro, a instancias del VAR, ordenó repetir el lanzamiento para desesperación de jugadores y técnicos rojillos. Sedlar, el autor del penalti, entró en el área antes de tiempo, hasta el punto que el rechace de su portero lo desvió a córner. En un primer momento parecía que Alberola Rojas había ordenado repetir el penalti porque Reina no pisaba la línea de gol, pero después se vio claramente que Sedlar entró antes de tiempo. Bien anulado, pero estaría bien que los árbitros y el videoarbitraje fueran siempre igual de meticulosos. Sin ir más lejos, en el empate a dos del Atlético en el Camp Nou el pasado miércoles, conseguido de penalti por Saúl,varios jugadores rojiblancos entraron en el área, aunque en esa ocasión nada se pitó. Lo cierto es que el decimoquinto penalti en contra convierte al Mallorca en el más castigado en la historia de la Liga en una misma temporada.

La segunda acción que condenó definitivamente al equipo llegó en el último minuto del añadido de la primera parte. El gol de Morata, en su primer doblete en esta Liga, a pase de Llorente, llegó precedido de una pérdida de Trajkovski en el área, en una acción inexplicable del macedonio, cuando lo que se esperaba era que se quitara el balón de encima teniendo en cuenta que el final estaba a punto de llegar. Un error que fue definitivo. Y es que no es lo mismo irse al descanso con un gol de desventaja que con dos.

El equipo se fue a los vestuarios con dos goles en contra pese a plantar cara en todo momento al cuadro de Simeone. Le costaba al Mallorca sacar la pelota por la gran presión de los locales, que ahogan a los rivales, igual con empate que con dos goles de ventaja. Kubo volvió a ser el hombre más clarividente. Se dio un festín por la banda del canterano Manu Sánchez, que pasó un calvario con el japonés. Moreno lo sabía, y por eso todo el juego de ataque del equipo llegaba del lado del nipón. Todas sus decisiones fueron acertadas, en el pase, en el control, en el regate. Pura delicia. Su zurda es maravillosa, consiguiendo que la pelota parezca que tenga un imán siempre pegado al cuerpo del jugador. El problema es que en el área solo estaba Cucho, si estaba. Muy poco para luchar contra Giménez y Savic.

En la segunda parte, con todo perdido, Moreno ordenó a sus jugadores que presionaran a su rival en su campo. Dio un cierto resultado hasta que las fuerzas aguantaron. Con la salida de Trajkovski, Dani Rodríguez se dejó ver algo tras una primera parte en la que, en la banda, fue un espectador privilegiado. El equipo no está en condiciones de prescindir de jugadores que han demostrado con creces su potencial. Dani en la banda pierde todas las cualidades que le convierten en un jugador interesante. Si no lo estaba ya, el partido se acabó en el minuto 78 cuando Sastre, que hacía diez minutos que estaba sobre el terreno de juego, tuvo la mala suerte de que el disparo de Koke le rebotó en el pie, descolocando a Reina.

No se le puede reprochar falta de actitud al equipo, que lo intentó, pero solo con entrega no se ganan partidos. Hace falta mucho más, por ejemplo calidad, en defensa y en ataque. Mientras queden fuerzas hay que seguir remando. Hay que superar al Levante para mantener la esperanza. Pero para ganar un partido fuera -quedan Sevilla y Osasuna- habrá que hacer mucho más.