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Análisis

Pero esto qué es

La respuesta es casi tan fácil como el propio fútbol. El Real Mallorca convirtió en gol ante el Celta las mismas oportunidades de gol...

Pero esto qué es

La respuesta es casi tan fácil como el propio fútbol. El Real Mallorca convirtió en gol ante el Celta las mismas oportunidades de gol que habitualmente genera, con la diferencia de que esta vez acabaron en gol contrariamente a lo que suele ser habitual. Ni más ni menos. Todo arranca con un penalti a favor que ni es penalti ni es nada y que en contra, el mallorquinismo habría puesto el grito en el cielo. A partir de ahí apareció el conformismo de un Celta que venía con 8 puntos de 12 en los últimos partidos, un tanto 'sobradín', con exceso de confianza y con el conformismo de Aspas que hace dos días hablaba de un empate suficiente en Palma. Con el 3-0 al descanso solo una catástrofe te puede hacer perder el partido y nada más empezar el árbitro compensó su error de la primera mitad señalando otro penalti inexistente en el área del Mallorca. Los bermellones han conseguido de una tacada tres puntos, el gol-average con el Celta, poner nerviosos a estos y sus alrededores y un efecto anímico fundamental para estas ocasiones. Lo negativo fueron las quintas tarjetas amarillas de Valjent y Budimir, o quizá no, porque se perderán el Metropolitano pero podrán jugar con tranquilidad el resto de partidos; igual no estaba mal pensado. En fútbol nunca se puede dar nada por perdido, ni por ganado. Permanezcan muy atentos.

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