Ha llegado la hora de la verdad para el Mallorca. Su partido de esta tarde en el Visit Mallorca ante el Celta, el equipo que le precede en la clasificación, no es una final, porque quedarán cinco partidos más, pero como si lo fuera. Todo lo que no sea sumar tres puntos ante los gallegos supondrá la condena prácticamente definitiva para el grupo de Vicente Moreno. En este supuesto, los rojillos se colocarían a once puntos de la salvación con solo quince en disputa. Sería firmar su sentencia definitiva.

Para ganar al conjunto de Óscar García Junyent tendrá que hacerlo el equipo mucho mejor que frente al Leganes, en el que posiblemente ha sido el partido más decepcionante de la temporadapartido más decepcionante de la temporada, ayudado por un planteamiento defensivo de Moreno. Esta tarde hay que salir a ganar para seguir respirando.

Con un partido cada tres días y con algunos jugadores con evidentes síntomas de cansancio, se hace muy complicado intuir qué alineación puede poner en liza el técnico valenciano. Obligado a ganar, sería una sorpresa que volviera a jugar con tres centrales. En este caso, Sedlar volvería al banquillo. Lo normal es que Moreno juegue con el once que se puede considerar el titular durante la temporada, pero puede haber algún cambio.

Al margen de la calidad de los rivales -Barcelona, Real Madrid, Athletic, Atlético de Madrid o Sevilla-, el Mallorca ha llegado en mal momento de forma tras el parón. Con un solo punto de quince posibles, ha visto cómo sus principales referencias para la salvación se han escapado. Eibar y el propio Celta han sumado ocho puntos de estos quince en juego tras el regreso, una diferencia que tiene visos de resultar letal para la suerte de los rojillos. La dificultad para marcar -solo ha conseguido dos tras el parón, ambos a balón parado- más su fragilidad defensiva, con once goles en contra, han colocado al equipo en una situación agónica. Partidos cada tres días ha dejado en evidencia una planificación nefasta, con jugadores que, a la larga, se ha demostrado que eran de relleno para una plantilla que necesitaba de jugadores que en momentos determinados de la temporada, y hay muchos, supieran suplir con garantías a los titulares.

El equipo no solo tiene la obligación de ganar para seguir con vida, sino para evitar igualar el triste récord de derrotas en Primera. Si pierde, sumará 21, las mismas que la del Mallorca de la temporada 91-92, que acabó descendiendo.

Delante tendrá a un rival de postín, aunque la clasificación pueda indicar lo contrario. Pocos equipos pueden reunir tanta calidad como el Celta, con jugadores como Iago Aspas, el principio y final del conjunto vigués, Denis Suárez, Rafinha, Olaza y, la guinda, Nolito, recién regresado del Sevilla.

El equipo de Óscar García Junyent ha sumado trece puntos a domicilio, con dos victorias y siete empates. No es una maravilla, pero sí unos números que le hacen temible.

Consciente de la imperiosa necesidad de la victoria, se espera a un Mallorca ofensivo, en busca del gol. No queda otra. Y, además de ofensivo, un equipo con las señas de identidad que le han caracterizado desde la llegada de Morenoequipo con las señas de identidad que le han caracterizado desde la llegada de Moreno: actitud, entrega, compromiso, un grupo vital. Todo eso y mucho más hará falta hoy para seguir soñando.