El miedo a perder es muy característico en los equipos de fútbol que en las últimas jornadas se juegan la categoría, de ahí que cualquier pequeño tesoro obtenido se guarde con la misma intensidad de ilusión con la que se teme perderlo. Y eso fue lo que le pasó al Real Mallorca ante el Leganés. Salva Sevilla encontró el tesoro muy pronto, en el minuto 9, con un libre directo al estilo Ronaldinho, de pillo, pasando el balón por debajo de una barrera que sabía que iba a saltar. Pues desde ahí y hasta el minuto 86 el Mallorca jugó más a conservar el tesoro que a intentar incrementarlo. Le entregó el balón al Leganés para elegir la opción de defenderse e intentar salir a la contra. Primero con Pozo, Gámez, Take y Cucho, y después con la incorporación de Lago Junior. Pero al mismo tiempo se le ofreció un mensaje de invitación al Leganés. Primero se le entregó el balón y después se cambió la defensa de cuatro a cinco con tres centrales con la entrada de Xisco. Y a partir de ahí llegaron los merecimientos de un Leganés que se encontró con un Reina soberbio, pero también con un libre directo que contrariamente a la pillería de Salva Sevilla se resolvió con potencia por obra de Oscar Rodríguez. Y ahí se fue una victoria que parecía segura para convertirse en un empate que sirve de muy poco. Ahora, a Valdebebas.
