Al Mallorca se le fue de las manos la siesta del sábado y cuando los jugadores despertaron el marcador ya era de 0-1. A partir del minuto 20, momento en el que sonó el despertador, el equipo se activó y empezó a participar del partido, tanto fue así que Take Kubo puso a prueba dos veces a Ter Stegen. Y antes de que Budimir tuviera sus opciones, que las tuvo, el líder ya había marcado el segundo gol. En la segunda parte el Barça de Setién bajó el pistón y el Mallorca llegó a través de Lago Junior, Pozo o Abdón pero el tercer y cuarto gol azulgranas, que fueron casi anecdóticos, sentenciaron un partido cómodo para el Barcelona aunque por ocasiones el Mallorca mereció maquillar por lo menos la goleada. Sobre la alineación que presentó Moreno y sus sorpresas no hay mucho que decir porque después de lo acontecido y con más secretismo que nunca, ya no sabes quién está lesionado, y quién no. Y esta es la historia del reencuentro del fútbol para el mallorquinismo, la historia de un partido raro, con más jugadores suplentes (doce) que titulares (once), con cinco cambios en cada equipo, con pausas de hidratación con apenas veinte grados de temperatura y sin público en las gradas, pero con un espontáneo que saltó al campo para hacerse una foto con Messi, algo grotesco e inaudito con tantas medidas de seguridad. El nuevo fútbol.
