El Mallorca estaba firmando una segunda vuelta con números de permanencia cuando le ha llegado el parón de la Liga. Una buena racha que se ha detenido y que perjudica a un equipo, el de Vicente Moreno, que había encontrado una regularidad en su juego que le permitía en este momento albergar muchas esperanzas de alcanzar a conjuntos clasificados por encima y a los que había recortado algunos puntos en la clasificación.

Los bermellones han puntuado en la mitad de los encuentros disputados desde enero y se han situado en una duodécima plaza en esta segunda vuelta. Con tres victorias y un empate, sumaría diez puntos que le permitirían ser duodécimo, fuera del descenso, de contarse solo estos 8 partidos.

Diez puntos en menos de la mitad de los partidos jugados en la primera vuelta, en un medio campeonato (19 partidos) en el que el Mallorca sumó solo 15 puntos (4 triunfos, 3 empates, 12 derrotas) que le situaban decimoctavo en la tabla, en descenso aunque empatado a puntos con el Celta. Eibar (19 puntos), Alavés (20) y Valladolid (21) se encontraban lejos. Más aún Betis (24), Osasuna (24) y Levante (26).

A todos, excepto Celta (sería octavo con once puntos en la segunda vuelta) y Alavés (sería sexto con 12 puntos), les ha recortado algún punto un Mallorca que tiene la salvación a un punto -puesto que marca el equipo celtiña- y que no ve tan lejos la posibilidad de alcanzar a rivales como el Valladolid, Eibar o el mismo Celta. Con la Liga parada, todo queda a expensas de que se reanude y se jueguen las once jornadas que restan.