"Hay que dar ese saltito fuera de casa si queremos salvarnos". Las palabras de Manolo Reina el pasado miércoles no pudieron ser más proféticas. El Mallorca necesitaba romper con su penosa racha como visitante si quería seguir agarrado a sus posibilidades de salvación. Ipurua fue el escenario de la primera victoria lejos de Son Moix en el momento en el que el equipo más lo necesitaba. Era ganar o ganar, porque otra derrota frente a un rival directo, que se ha metido en problemas, hubiera supuesto un mazazo demoledor.
Los de Vicente Moreno iban camino de un récord nefasto que se pudo evitar en Eibar. Diez derrotas en doce partidos a domicilio, con solo los empates logrados en Vigo ante el Celta (2-2) y en Sevilla ante el Betis (3-3) como únicas buenas noticias. Los bermellones se habían cansado de coleccionar decepciones cada vez que cogían un avión, por lo que había que tomar cartas en el asunto de una vez, tal y como se notó el sábado sobre el césped.
Y lo bueno para los intereses del Mallorca es que puede haber un cambio de tendencia. Porque precisamente ese empate en el Villamarín se produjo en la anterior salida a la de Ipurua, por lo que el equipo ha sumado cuatro puntos de los últimos seis fuera. Algo es algo después de tantos palos. El Mallorca sigue siendo el peor visitante de la Liga, con cinco puntos, pero al menos ha conseguido despertarse. Está por ver si lo ha hecho a tiempo.
CONTENIDO_RELACIONADO
- Manolo Reina: "Sí se puede"
FIN_CONTENIDO_RELACIONADO
