Dani Rodríguez (Betanzos, 1988) es el perfecto ejemplo de que el trabajo da sus frutos, representando a la perfección el alma del Mallorca. El mediocentro gallego, titular indiscutible con Vicente Moreno, es una de las piezas fundamentales en el once bermellón y el sábado, en el verde de Ipurua, llevó a cabo una actuación soberbia, culminada con un gol de falta, para cerrar una de sus mejores papeles de la temporada.

Ante el Eibar, Dani asumió el rol de liderar al equipo desde el centro del campo en ausencia de otro peso pesado, Salva Sevilla. Con un estilo muy distinto de juego al del andaluz, fue el conductor del fútbol del Mallorca y el nexo de unión entre el tridente ofensivo y la defensa de cinco. Su velocidad en la transición, su atrevimiento en la conducción y la intensidad impresa en cada jugada contagian al resto, que el sábado brindaron un encuentro prácticamente perfecto.

En su año de debut en Primera, Dani ha aumentado de manera exponencial lo que ya ofreció el curso pasado en Segunda: ambición, sacrificio y calidad. Es el tercer jugador del equipo que más minutos disputa (2.193) tan solo por detrás de Reina y ReinaMartin Valjent, uno de los pocos jugadores que ha jugado todo en esta Liga.

Su importancia en el equipo está fuera de toda duda y su figura se hace notar en el nivel del equipo tanto cuando rinde como cuando no lo hace. En partidos donde Dani ha estado menos entonado en el terreno de juego, ha repercutido de manera directa en el conjunto, en especial cuando se pierde en banda y no se convierte en un jugador importante.

Precisamente su posición en el campo es uno de los aspectos que más debate levanta. Acostumbrado a tener que caer a banda derecha por la presencia de Salva Sevilla en la sala de máquinas, Dani ha jugado sus mejores partidos partiendo desde el centro y con libertad para sumarse al ataque.

En el primer encuentro que Salva Sevilla no estuvo presente, en la jornada 13 ante el Villarreal -que acabó con victoria de los rojillos por tres goles a uno-, Dani cogió las riendas del equipo. Al de Betanzos se le nota mucho más cómodo como centrocampista, con mayor campo de acción en el césped y mucho más decisivo en área contraria. En cambio, cuando se ve obligado a jugar en banda, al no ser un extremo puro, se apaga un poco su figura y pasa más desapercibido en el desarrollo del encuentro.

Otro de los aspectos que hacen de él un jugador insustituible en este Mallorca es por su vertiente anotadora. Presente en las siete victorias del equipo esta temporada -Eibar (dos veces), Espanyol, Real Madrid, Villarreal, Valencia y Alavés- ha logrado marcar cinco goles y se ha situado como segundo máximo anotador del equipo, superando a Lago Junior (4) y por detrás del croata Ante Budimir (9).

Ante el Eibar logró su primer gol de falta directa desde que llegó al Mallorca -con la inestimable ayuda de un defensa-, pero Dani ha destacado por su capacidad para anotar en situaciones muy diversas: en conducción personal, culminando una jugada coral desde dentro del área o con un disparo desde más allá de los 16 metros, una cualidad en la que despunta sobre muchos jugadores del equipo, como ya demostró ante el Valencia en Son Moix.

El dilema que tiene ante la mesa Vicente Moreno, tras el regreso de Salva Sevilla tras cumplir sanción, será si dar continuidad al gallego en el centro del campo, una fórmula que ha demostrado dar sus frutos, o volver a situarle en banda.