Si el estilo de fútbol de Bordalás triunfara los estadios se vaciarían, pues es de los que ahuyentan al espectador. No se puede culpar al Getafe de jugar como lo hace porque es una de las pocas maneras en que un equipo modesto puede igualar o superar a conjuntos de mayor calidad, no era este el caso del Mallorca. Orden, lucha e intensidad hasta el límite que permita el árbitro. A los hechos me remito: 24 faltas de los madrileños por 12 del Mallorca y 5 a 1 en tarjetas, si exceptuamos las mostradas en el banquillo. Aun así, los visitantes hicieron cinco remates a puerta, tres de ellos de gol, por un único tiro a puerta del Mallorca que no llegó hasta el 94, aunque la ausencia de Budimir lo explica. El Getafe puede ganarle al Mallorca sin jugar al fútbol, pero viceversa no es posible. Era imprescindible sumar cuando todos tus rivales lo han hecho como ha pasado con Celta, Leganés, Espanyol, Alavés o Eibar. Caer el próximo fin de semana en Ipurua, un rival directo, sería ya quemar las últimas naves, pensando que después vendrán Barcelona y Villarreal.