Para facilitar la labor de los árbitros de fútbol, a partir de ahora propongo que los jugadores dejen sus brazos en el vestuario, tal cual hacen con los móviles, anillos pulseras, piercings, etc.
Las jugadas donde intervienen brazos y manos crean un sinfín de controversias a jugadores, entrenadores y en especial a los miles de aficionados que presentes en el campo o presenciando los partidos por televisión, ven cómo el criterio de los árbitros, tanto los que están en el campo como los situados en la sala del VAR, no se ponen de acuerdo a la hora de sancionar o no las jugadas donde intervienen los elementos mencionados, para la mayoría de ellos todas las manos son sancionables.
Bajo mi punto de vista, no debe ser así. Hay que diferenciar el querer jugar el balón con brazos o manos, utilizar estos para ampliar más la zona de protección para que el balón no pase. En pocas palabras, hacer un uso incorrecto y voluntario para aprovecharse de este tipo de jugadas.
No se puede interpretar como falta el rebote del balón en el pie y posteriormente toca la mano o brazo del mismo jugador sin tener intención éste de jugarlo y aprovecharse de ello. En el partido disputado por el Real Mallorca y Deportivo Alavés, donde se anuló un gol por supuesta mano del jugador Cucho Hernández, no existe tal infracción. El balón viene rebotado de su pie o pierna y le roza el brazo. El jugador no hace intención de querer aprovechar esta situación, tiene a unos dos metros al primer adversario para que le dispute el balón, no necesita voluntariamente jugarlo con brazo o mano. Es equivocada la sanción.
En esta ocasión sale perjudicado el Real Mallorca. En una jugada en el partido Granada-Valladolid, el equipo granadino marca el gol del empate en una acción donde el jugador remata de cabeza con la ayuda del brazo y hombro. Repasada la jugada por el VAR y el árbitro, se concede el gol. ¿Qué criterio determina que sea gol o no en estas dos jugadas?
Es difícil para los miles de aficionados, que con intereses por un equipo u otro, discernir si es mano o no. No debe serlo para los colegiados. Estoy de acuerdo que en el campo es complicado, por la rapidez de las jugadas, acertar siempre. Ahora bien, con el colegiado que está sentado en una sala con varios monitores a su disposición, sin la presión de jugadores, entrenadores y público, tiene que ser fácil y rápido valorar si hay jugada sancionable o no. Es espantoso tener que estar varios minutos para saber lo que ha ocurrido y cuál va a ser la decisión del árbitro del encuentro.
Otra de las causas que motiva desconcierto es el critero que se sigue a la hora de sancionar con tarjeta según qué jugadas. La entrada con el pie por delante del jugador Muniain sobre Oyarzabal es castigada con tarjeta roja. Igual jugada de Ramos sobre un jugador de Osasuna, ni amarilla. En agarrón continuado, a escasos metros de la línea de gol, de Bartra sujetando a Messi, no hay sanción. ¿Por qué no actúa el VAR? Todo ello contribuye a una total y absoluta desconfianza con el método del VAR. Bueno para jugadas de fuera de juego, saber si el balón traspasa o no las líneas que delimitan el terreno de juego, si ha traspado la línea de gol o no. Malo por el resto.
