La nefasta gestión dirigida por Maheta Molango en las dos últimas ventanas del mercado de fichajes ha condenado al consejero delegado al frente del Real MallorcaReal Mallorc. Ayer la propiedad americana puso fin a su periplo anunciando su destitución. Molango decía adiós a casi 1.500 días de trabajo como máximo responsable de la gestión del club. El mal trago que atraviesa el equipo, en puestos de descensopuestos de descenso, sumado al aciago cometido del suizo al frente de la dirección deportiva, han precipitado su despido.

El Mallorca ascendió a Primera División casi sin quererlo. Toda la planificación que la secretaría técnica, encabezada por Javi Recio y gobernada por Maheta Molango, había hecho se iba al traste. Los jugadores ya cerrados antes de que finalizara el curso (Álex Alegría, Pablo Chavarría, Josep Señé y Aleksandar Álex AlegríaJosep SeñéSedlara duras penas iban a dar la talla para hacer frente a la máxima categoría del fútbol español.

Para más inri, el club llegaba tarde a un mercado que se había empezado a cocer mientras el Mallorca todavía disputaba los play-off de ascenso a Primera. Los ingredientes no ayudaban al club con el presupuesto más bajo de la categoría. Los días transcurrían y Vicente Moreno era consciente de que los refuerzos para afrontar con garantías la categoría no acababan de llegar. Así se lo hizo saber a Maheta Molango durante el stage del equipo en Benahavís.

Al club llegaban nombres de auténticos desconocidos, sin el idioma y poco documentados en la competición española (Lumor, Baba Rahman y BabaTrajkovski. "El cuerpo técnico entrena y el club toma decisiones en cuanto a la gestión", zanjó Maheta Molango la discusión, ante las críticas que habían nacido desde un cuerpo técnico que siempre había hablado todo de puertas a dentro.

En los últimos días del mercado solo la llegada de Take Kubo pareció calmar los ánimos entre la afición. No tanto en un Vicente Moreno al que nunca le ha gustado que un futbolista sobresalga por encima de otro y menos si no es por sus aptitudes sobre el campo. Con el cierre del mercado se demostró lo que ya se sabía: Lo nuevo no mejoraba lo antiguo y solo Febas lograba hacerse con un hueco en el once.

El Mallorca sobrevivía a duras penas a la primera parte del curso con un equipo calado de jugadores del doble ascenso. Las necesidades eran evidentes y había mucho trabajo que hacer en el mercado invernal.

Pero con la llegada de enero, las cosas no mejoraron. El club a duras penas conseguía dar salida a algunos jugadores con muy pocos minutos y solo se reforzaba con la llegada de dos futbolistas: Alejandro Pozo y Koutris.

La nefasta gestión del caso Zungu fcaso Zunguue la gota que colmó el vaso. La propiedad americana, que parecía ajena a lo que acontecía en la isla, ayer se pronunció para castigar la nefasta gestión de Molango. Demasiados pocos minutos para los catorce refuerzos realizados por el club. Si el Mallorca acaba descendiendo, Maheta será el principal culpable.

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