Maheta Molango ya es historia en el Mallorca. A filo de las dos de la tarde de este martes, el Real Mallorca emitió un comunicado en su página oficial, firmado por el presidente Andy Kohlberg: "El Consejo de Administración del Real Mallorca ha decidido que Maheta Molango. Tras agradecerle los servicios prestados, Köhlberg informó de que Alfonso Díaz, "nuestro actual Director de Finanzas, se convertirá en el Director Ejecutivo interino de Operaciones Comerciales". Díaz es un director financiero, muy alejado del perfil que se busca para gestionar el club. Los trabajadores de la entidad le llamaban 'el marqués', ya que no le gusta ensuciarse en según qué temas.

La decisión de la destitución del ya CEO del Mallorca se venía gestando desde hace algunos meses. En la cúpula del club, con el propietario Robert Sarver a la cabeza, ha causado un profundo malestar la nefasta política de fichajes en el mercado de verano, con doce jugadores de los que apenas solo juegan habitualmente dos o tres. La gota que ha colmado el vaso fue este mercado de invierno, en el que Molango y su director deportivo Javier Recio, con el equipo coqueteando cada jornada con las plazas de descenso, fichó a dos jugadores que están muy lejos de marcar la diferencia e, incluso, de formar parte del once titular, Pozo y Koutris.

La noticia de la drástica destitución de Molango, que a primera hora de la tarde se despidió de los trabajadores, cogió por sorpresa a todos los estamentos del club, incluso a las personas que más relación diaria han tenido con él en los cuatro años, un mes y siete días que ha estado al frente del día a día de la entidad. Sí llamó la atención que en los dos últimos días apenas se le había visto por Son Moix, donde acudía a su cita diaria para realizar gestiones de diferente tipo.

Molango ya salvó la cabeza cuando, en junio de 2017, el equipo descendió de forma traumática a Segunda B, en el momento más bajo de la entidad en los últimos 50 años. El suizo, en compañía de Recio, viajó de urgencia a Phoenix, el lugar de residencia y centro de operaciones de Sarver, para rendir cuentas de su gestión. A ambos, el propietario les concedió una segunda oportunidad que supieron aprovechar. La primera decisión que tomó Molango, posiblemente la mejor de su mandato, fue fichar para el banquillo a un desconocido entre la élite del fútbol español, Vicente Moreno, que en dos años devolvió al equipo a Primera.

Con un salario anual de más de 300.000 euros, este exfutbolista de 37 años, que trabajó como abogado de forma puntual en el Atlético de Madrid, es el hombre de las dos caras, con don de gentes, amable y hasta simpático cuando se expone públicamente, y con un pronto muy desagradable cuando las cosas se le tuercen, según los que le han tratado. Incluso en alguna ocasión ha llegado a perder las formas.

Con el argumento siempre preparado de que el Mallorca cuenta con el límite salarial más bajo de la categoría, ha justificado en gran parte la delicadísima situación del equipo, que tras la derrota del pasado domingo ante el Espanyol ha entrado de nuevo en plazas de descenso. Por este motivo también, han llegado jugadores de segunda fila, que en ningún caso ha mejorado lo que había. Solo Kubo y Febas, y posteriormente Cucho, aunque los tres con intermitencias, han rendido un mínimo exigible. La opinión del resto de refuerzos se la ha dado Moreno cada semana con la lista de convocados, en la que la mayoría quedaba fuera.

A partir de ahora se abre un abanico de posibles candidatos a sustituir a Molango como principal ejecutivo del Mallorca. El que más suena es el nombre de Mateu Alemany, que tras su triunfal paso por el Valencia, donde fue destituido por el propietario Peter Lim, está libre. Tampoco hay que descartar al inglés Graeme Le Saux, ex futbolista, accionista del Mallorca y ahora comentarista de la Premier, con casa en Pollença.

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