El paso de Maheta Molango por el Real Mallorca ha llegado a su final. El presidente de la entidad, Andy Kohlberg, le comunicó personalmente que no seguirá al frente del club bermellón tras un final de mercado muy convulso que ha precipitado su destitución.

Molango aterrizó en la isla en enero de 2016, con solo 33 años, como mano derecha de la propiedad americana. Con el equipo en Segunda División y, tras una nefasta gestión, el suizo condujo al equipo cuesta abajo y sin frenos a los suburbios de la división de bronce.

Entonces su nombre ya quedó en entredicho, una mancha difícil de borrar en su curriculum como mallorquinista, pero Robert Sarver, principal accionista del club, le ratificó en su cargo y le brindó la vara para que hiciera y deshiciera a su antojo. Fue entonces cuando Maheta aprendió a no fiarse de los que le rodeaban. Reestructuró la entidad desde los cimientos, acallando a desertores y colocando a su alrededor solo gente de su confianza. Las cosas funcionaron, movidas sobre todo por el acierto en la contratación de Vicente Moreno. El equipo encadenó dos ascensos consecutivos y regresó a la máxima categoría del fútbol español.

El suizo (Saint-Imier, 1982), única persona de confianza de la propiedad americana en la isla hasta ayer, mantuvo en sus últimos meses el perfil que adoptó tras la temporada del descenso, consciente de que su exposición a la opinión pública no le había reportado nada positivo. Pese a todo, el directivo siempre estuvo en el centro del huracán cuando la polémica salpicó a la entidad.

Hasta el pasado verano Molango no se salió del guion en lo deportivo y volvió a fiar todo a un Javi Recio que renovó su contrato hasta 2021, pero su relación y la que mantenía con el técnico valenciano se fue deteriorando con el paso del tiempo. Benahavís marcó un antes y un después en su nexo, tras las incendiarias declaraciones de Dani Pendín. Por primera vez el cuerpo técnico ponía en entredicho públicamente el trabajo de Maheta. Su relación ya no levantó vuelo.

Molango fue perdiendo confidentes en su entorno, pero seguía contando con el favor de una propiedad que parecía no estar muy al tanto de lo que acontecía en la isla. Nada más lejos de la realidad. Con la vuelta del conjunto bermellón a Primera las críticas regresaron y volvieron a centrarse en la figura del suizo.

Muchas de las incorporaciones que llegaron en verano no mejoraban lo que Moreno ya tenía, sentenciando al equipo desde la secretaría técnica. Jugadores como Alegría, Salibur, Sedlar, AlegríaSaliburSedlarTrajkovski o Chavarría apenas han contado con minutos en la presente campaña. Con el equipo en la zona baja de la tabla y con la necesidad de reforzarse en invierno para dar un salto de calidad, las únicas incorporaciones que llegaron fueron las de Koutris y Pozo, dos jugadores que, de momento, tampoco están marcando las diferencias. Ese fue el detonante de todo. La chispa que encendió la mecha, ya demasiado corta en la propiedad. La situación ha precipitado su destitución, siendo Andy Kohlberg el encargado de comunicarle personalmente su marcha.

Genio a la hora de conseguir ingresos, Maheta se marcha del Mallorca por la puerta de atrás y con más enemigos que amigos en el club. Con parte de los deberes hechos y dejando al equipo mejor de lo que se lo encontró, el exdirectivo bermellón sigue siendo incapaz de reconocer cuándo le vienen mal dadas. Ayer, a su salida del estadio, la única persona tensa era él. No se esperaba para nada un trato así de los suyos.

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