El entrenador del Espanyol, Abelardo Fernández, aseguró ayer que el partido contra el Mallorca "no es una final", aunque lo definió como un duelo "de seis puntos contra un rival directo, muy importante".

El técnico asturiano apostó por afrontar el compromiso "con ilusión". "No nos debe generar presión. No somos cirujanos ni vamos a operar a nadie. Es un encuentro para disfrutar. He escuchado decir que es a vida o muerte y no es así. Si ganamos, no nos salvamos, ni tampoco bajamos si perdemos", reflexionó, e insistió en que ganen o pierdan, irán al siguiente partido contra el Sevilla "sabiendo que hay que ganar otra vez" para seguir luchando por la permanencia.

"Yo vivo el presente. Veremos cómo termina el partido, cómo son las sensaciones y cómo está la jornada. En la anterior, aunque perdimos, nos fue bien", apuntó, y comentó que el vestuario no tiene ninguna presión extra por jugar en casa, donde no ha ganado aún esta temporada: "Los jugadores están con unas ganas tremendas de revertir esta situación y lograr el primer triunfo en casa".

Sobre el Mallorca, Abelardo afirmó que el cuadro bermellón "tiene un mérito increíble" por la temporada que está haciendo. "Tiene argumentos para seguir en la categoría y si nosotros no defendemos bien, nos va a causar muchos problemas. Que sea el peor visitante lo hace más peligroso", apostilló el técnico blanquiazul.