Tras la última jornada de Liga, Mallorca, Leganés, Celta de Vigo y Espanyol se han quedado descolgados del resto de equipos en la tabla -seis puntos por encima están el Alavés y el Eibar en el caso de los bermellones-, un escenario que vislumbra una dura batalla entre los cuatro por evitar el descenso a Segunda División hasta final de temporada.

El Mallorca desaprovechó el sábado una magnífica oportunidad de meter en la pelea al Valladolid y recortar la distancia a tan solo un punto, pero tras la derrota por 0-1 los pucelanos están ya a 'ocho' puntos-siete más el golaverage-. No cabe duda de que todavía restan dieciséis jornadas por disputarse, 48 puntos en juego y que todo puede cambiar, pero la realidad es que los cuatro equipos están allí abajo por méritos propios y que la tendencia durante todo el año señala que de entre ellos saldrán tres equipos en dirección a la categoría de plata.

De los cuatro conjuntos, este pasado fin de semana tan solo el Leganés pudo conseguir los tres puntos en su encuentro de Liga, empatando con los bermellones a 18 puntos, aunque continúan en descenso porque el golaverage general de los de Vicente Moreno es mejor. Mallorca, Celta y Espanyol perdieron sus encuentros -ante Valladolid, Valencia y Granada- y tras el empate del Alavés en Sevilla y el del Eibar ante el Betis, ven cómo la distancia se agranda a cada jornada que pasa, y de seguir aumentado prácticamente sería insalvable.

Las tendencias en cuanto a resultados también son determinantes. Mientras que Celta y Mallorca son muy irregulares, el cambio de entrenador del Leganés -ha sumado en seis de sus últimos siete encuentros- y Espanyol -ha cosechado cinco de los últimos nueve en juego- parece haber servido como estímulo a sus plantillas. Por otro lado, mientras que mallorquinistas y pepineros ya tenían marcado el objetivo de la permanencia a principio de temporada, Celta y Espanyol fueron diseñados para competir en Europa, un arma que les puede afectar en contra a la hora de batallar en un escenario radicalmente diferente.

El mercado de fichajes de invierno ha sido la última bala que han gastado todos para aumentar sus posibilidades, una situación que el Mallorca parece haber desaprovechado respecto a sus competidores, habiendo incorporado tan solo a Pozo y Koutris.

El equipo que mejor se ha reforzado sobre el papel ha sido el Espanyol, si bien ha invertido una cantidad fuera del alcance de la mayoría de clubes de Primera División (41,5 millones de euros).

Los enfrentamientos directos entre los cuatro equipos van a ser fundamentales, ya que tener a favor el golaverage marcará la diferencia a final de curso. El Mallorca debe enfrentarse a los tres en la segunda vuelta y por ahora solo deberán remontar ante el Leganés (1-0 en Butarque). Ante el Celta está empatado (2-2 en Balaídos), mientras que este sábado deberán defender ante el Espanyol en Cornellá la ventaja del encuentro en Son Moix (2-0).

El duelo ante los de Abelardo se presenta como una nueva final para los bermellones. Un choque de trenes que medirá al peor local contra el peor visitante y que gane quien gane dejará muy tocado al otro. Desde la directiva blanquiazul están haciendo un llamamiento para que su estadio presente un lleno hasta la bandera y no dejar escapar la oportunidad de apretar aún más si cabe la tabla, en un partido donde los bermellones podrían acabar como colistas si pierden y el resto de resultados de la jornada no acompañan.