A falta de una semana para que se cierre el mercado de fichajes, el Mallorca está casi como estaba antes de empezarlo. El conjunto bermellón se ha reforzado únicamente con un jugador, Alejandro Pozo, mientras que en el capítulo de salidas ha abierto la puerta a solo dos futbolistas: Aridai Cabrera y Álex Alegría.

La gran necesidad con la que el club afrontaba el presente mercado, la de fichar un lateral izquierdo, sigue todavía pendiente. La dirección deportiva encabezada por Javi Recio y operada por Maheta Molango ha sido incapaz, hasta el momento, de cerrar una operación que se presumía de vital importancia ya en el mes de septiembre, con la lesión de Baba Rahman y el bajo rendimiento ofrecido por su compatriota Lumor.

La entidad rojilla sigue trabajando y apura los últimos siete días de mercado en la búsqueda de una ganga a la que aferrarse y que resuelva las peticiones realizadas por Vicente Moreno. No es tarea sencilla. Enero no es el paraíso. Para fichar futbolistas baratos hay que arriesgar, apostar por jugadores que en la primera parte del campeonato no han contado casi con minutos, un supuesto que no suele ser del agrado del técnico valenciano.

La otra opción es la de ir al mercado de fichajes con dinero, algo de lo que el Mallorca no dispone, pero sí otros equipos de la categoría. Es el caso del Espanyol. El conjunto catalán es el equipo de Primera que más dinero ha invertido, con cerca de 40 millones de euros, superando en estas lizas a gigantes del fútbol como el Real Madrid (con 30) o el Barça (quien no ha gastado ni un céntimo).

Ocho son los equipos que a día de hoy no han realizado ninguna incorporación (Athletic, Atlético, Barcelona, Leganés, Levante, Real Sociedad, Valencia y Villarreal) y cuatro los que, como el Mallorca, solo han incorporado a un futbolista (Eibar, Osasuna, Real Madrid y Sevilla). Lo cierto es que está costando mucho más que otros años mover el mercado, pero suele ser en la última semana cuando los equipos se ponen las pilas y apuran sus últimas balas. El Mallorca espera que no sea tarde, aunque ya se sabe que en tiempo de rebajas, comprar puede salir incluso más caro.