Ver para creer. En el mejor partido de la temporada, y de los últimos tiempos, el Mallorca logró este domingo una trascendental victoria ante el Valencia (4-1) que le mantiene firme en la lucha por la permanencia. Con un once prácticamente idéntico al de la temporada pasada, con Lumor y Cucho como únicas novedades -para sonrojo de la dirección deportiva y ejecutiva-, el equipo de Moreno realizó un encuentro extraordinario, desde el primero al último, con una actitud encomiable, conocedores de lo que estaba en juego, y más tras las victorias del Eibar y Alavés el sábado. [Vea aquí las imágenes del encuentro].

Por una vez, todo le salió de cara al Mallorca. Marcó a los seis minutos, en un remate de cabeza de Raíllo a saque de falta de Salva Sevilla. El primer gol de estrategia de la temporada, facilitado por una defensa valencianista que hizo la estatua. Este gol dio tranquilidad a los rojillos, que jugaron como si se tratara del partido definitivo por la permanencia. No lo era, pero estaba muy cerca de ello porque una derrota este domingo hubiera supuesto un golpe difícil de digerir.

Quince minutos después llegó el segundo, obra de Budimir, el primero de su cuenta particular. El croata puso de forma oportuna la rodilla en un remate de Dani Rodríguez que no parecía un centro sino un disparo. El gol nació del propio Budimir, que él solito se fabricó la jugada por banda e irse veloz al corazón del área. Se desató la locura en un Son Moix en un partido solo para valientes, los que se acercaron al recinto mallorquinista en un día de perros.

El equipo rojillo tuvo la virtud de que no se inmutó con los dos goles. Siguió jugando con la misma intensidad como si fuera empatando. Mientras, el Valencia se encontraba cada vez más desconcertado, como si no diera crédito a que fuera dos goles por debajo en el marcador.

A cinco minutos del final del primer tiempo llegó el tercero, de nuevo marcado por un Budimir desatado. Fue un golazo en toda regla, uno de los goles de la Liga por su belleza. Un gol de equipo. El tanto nació de las botas de Cucho, que se la pasó a Salva Sevilla. El almeriense, al primer toque, centró a Lago, que se la devolvió al andaluz de tacón. Y este combinó con Budimir para que rematara con la zurda para batir a Domenech. La locura en Son Moix. Desde 2009 no finalizaba el Mallorca una primera parte en Primera marcando tres goles, precisamente contra el Valencia. Caprichos del fútbol.

Con tres goles de ventaja el partido parecía sentenciado. Y más todavía cuando el Valencia se quedó con diez a los cinco minutos de la segunda parte por segunda amarilla a Parejo. Una tarjeta injusta porque el capitán valencianista toca el balón en la disputa con Budimir. A partir de ese momento, poca historia tuvo el partido porque el Valencia se rindió y el Mallorca economizó fuerzas y solo se centró en mantener su cómoda ventaja.

De la aplastante victoria se pueden extraer algunas consecuencias, pero sobre todo una: Budimir se siente liberado con un jugador al lado como Cucho Hernández, que disputa cada balón como si fuera el último de su vida. La afición agradeció al colombiano su entrega con una ovación cuando fue sustituido por el debutante Pozo a falta de media hora para el final del partido. Fue también el partido de Baba, que volvió a ofrecer su mejor nivel, abarcando todo el centro del campo. Es un portento físico. Corre con la misma intensidad en el minuto 90 que en el primero. De ello se benefició Salva Sevilla, que volvió a exhibir su maestría en el centro del campo y firmando dos asistencias.

Faltaba la guinda, y llegó a diez minutos del final con otro golazo, el que firmó Dani Rodríguez desde fuera del área. A la siguiente acción el Valencia marcó el gol del honor por medio de Ferran, una anécdota para todo el mundo menos para Moreno, que cogió un enfado monumental al observar relajación en sus jugadores, una carencia que le saca de quicio. En la última jugada del partido, Budimir estuvo a punto de marcar el tercero de su cuenta particular, pero llegó tarde a un gran centro de Kubo.

Dos meses después -desde el 10 de noviembre ante el Villarreal- el Mallorca volvió a sumar de tres. Una victoria que debe suponer un chute de moral para un equipo falto de autoestima. Este equipo no se rinde y sigue en la pelea. Que nadie se atreva a descartarle.

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