Esta jornada se ha llegado al ecuador de la temporada liguera en casi toda Europa. Según los que realmente saben de balompié, ahora empieza la lucha por el título y por el descenso. Razón no les falta: los hechos dicen que excepto en muy raras ocasiones de septiembre a enero se asiste a juegos de tanteo. Casi artificio. Posicionamiento ante los vitales marzo, abril y mayo, cuando se deciden los títulos de verdad. También las tragedias.
Las últimas se empiezan a escribir mucho antes, en pretemporada. No hacer una puesta a punto física y deportivamente adecuada para recortar gastos, abusar de las cesiones de terceros en temporadas precedentes, y en definitiva no invertir en fichajes de cierto nivel suele ser un claro candidato a coger el ascensor. El fútbol no es para los fondos de inversión: su rentabilidad y lógica económica está muy alejada de los hedge funds. El club que esté en manos de uno de ellos -en España ya empiezan a ser legión - o se comporte igual, puede tener los días contados en la máxima categoría del deporte rey nacional.
A veces, hay capitalistas que merecen una mención aparte. En positivo. El fondo chino dueño del Espanyol vio cómo su inversión podría desmoronarse más aún si no reaccionaba a tiempo. Estando en una situación de no liquidez similar a la del Real Mallorca, la propiedad oriental ejecutó una ampliación de capital. Convirtiendo la deuda en masa accionarial. Resultado: uno de los máximos competidores del club mallorquín ha podido fichar a un entrenador con cara y ojos (como el Leganés: cuidado con la segunda vuelta de los madrileños), a la par de hacerse con los servicios de un delantero de garantías.
¿Podría haber pensado lo mismo la propiedad del club balear? Probablemente así es. ¿Por qué no lo ha hecho? Porque por lo que parece, en la planta noble de Son Moix se piensa, obra y ejecuta el proyecto deportivo con más visión economicista que competitiva. Justamente esa visión cortoplacista puede acabar costándole muy caro: los "rojillos" necesitan contratar tres jugadores de peso. El el lateral izquierdo, en la medular y en la delantera. A la par que un entrenador diferente. Con el límite salarial existente, va a ser muy complicado lograr siquiera una cesión de relumbrón.
En cambio, el Baleares está viviendo su época más gloriosa en mucho tiempo. Justamente porque su propiedad ha aprendido que el fútbol es una inversión a la larga y que las prisas son malas compañeras. También por haberse mantenido fiel a un sistema y a un técnico que sabe como muy pocos cómo funciona este negocio: sin prisas, pero sin pausas.
A unos les queda rezar para que tres equipos estén en peores condiciones y así tener opciones para salvar la categoría. A los otros, para que puedan mantener el puesto que ocupan hasta final de campeonato. Lo dicho: es posible que ahora empiece a verse fútbol del bueno... y se noten las inversiones de unos dónde llevan. Pero -eso sin duda- también las desinversiones de otros.
