Apenas tres equipos -Athletic, Barça y Real Madrid- no saben lo que es la Segunda. De los 20 que componen la actual Liga Santander, solo hay dos más que no conocen el drama de perder la máxima categoría, Leganés y Eibar, aunque los guipuzcoanos, que llevan seis temporadas en Primera, debieron descender en la 2014/15 cuando, pese a quedar en las tres últimas plazas, se salvaron por el descenso administrativo del Elche. Del resto, hay equipos más consolidados que otros en Primera, pero algunos se han ganado a pulso la nomenclatura de 'ascensores', que el Mallorca ha tenido desde siempre. Ejemplos ilustres son el Celta, el Deportivo, el Racing o el Málaga.

Sobrevivir en Primera para un recién ascendido ha sido siempre una hazaña, pero en las circunstancias actuales lo es mucho más. El limite salarial puede que haya hecho menos deficitario al fútbol español, pero ha establecido unos parámetros de desigualdad entre los equipos que acceden a Primera y los que ya militan en ella, como demuestran las estadísticas. De las últimas diez temporadas solo hubo cuatro en las que entre los damnificados con el descenso no había un recién ascendido.

De los tres nuevos, el Mallorca es en la actualidad el único que está en zona de peligro. Sus posibilidades de no acabar en la zona maldita pasan en gran parte por reforzar esta plantilla en el mercado de invierno, como han hecho equipos en zona de peligro como el Espanyol. Sarver debería saber, suponemos que lo sabe, que con los mimbres actuales será muy difícil mantenerse en Primera. El presupuesto es un gran handicap para el Mallorca, pero es necesario un esfuerzo deportivo, y se supone que económico. De lo contrario nos espera una segunda vuelta de sufrimiento y con pocas expectativas de final feliz.