Que Gil Manzano es uno de los peores árbitros de Primera ya se sabía. Pero el sábado en Son Moix se superó a sí mismo con una actuación para olvidar. Se puede y debe aceptar que un árbitro tenga un mal día, que se equivoque en sus decisiones, pero que lo haga siempre del mismo lado es lo que convierte a un colegiado, como diría aquel, en un bulto sospechoso, además de un pésimo juez encargado, supuestamente, de impartir justicia.
Es lo que hizo el colegiado extremeño en el Mallorca-Sevilla disputado en Son Moix. Encrespó a los jugadores y a los aficionados, no por sus errores o aciertos, que de todo hubo, sino porque el beneficiado siempre era el mismo y, por ende, el perjudicado también. La implantación del VAR en el fútbol español es una buena noticia. Guste más o menos, los errores se minimizan y, en general, se reparte más justicia. Siempre que seas un buen árbitro y al frente del artilugio esté una persona con un mínimo de sentido común. No fue el caso de Del Cerro Grande, que confundió a Gil Manzano desde la sala de imágenes.
Pero Gil Manzano fue un peligro público para el Mallorca por la arbitrariedad de sus decisiones. No puede ser que en la acción del primer gol del Sevilla no consultara en imágenes el manotazo de Diego Carlos a Baba, previo consejo de los que estaban al mando del videoarbitraje, y sí lo hiciera en el de Babaen el minuto 60. Porqué uno se consulta y el otro no. La percepción del árbitro en el campo es importante y, aunque desde la sala del VAR se le diga que no hace falta que consulte la supuesta acción punible, un colegiado con personalidad -la que no tiene Gil Manzano- acude a la consulta para confirmar o rectificar en su caso.
Y el gol anulado a Budimir fue la guinda que le faltaba al despropósito. Ni después de ver la jugada todas las veces que hagan falta se llega a la conclusión de que el croata está en fuera de juego, y si lo está, es por una uña. En acciones tan ajustadas debería concederse un margen, tanto en las que benefician al Mallorca o le perjudican. Si de verdad el delantero rojillo está en fuera de juego, se hace difícil imaginar que sacara partido de estar adelantado sobre la defensa de forma milimétrica. En este caso, como en todos los anteriores, el equipo de Moreno fue el perjudicado. Y esto es lo que mosquea, lo que irrita a unos profesionales que se sintieron estafados por la nefasta combinación de Gil Manzano y Del Cerro Grande que le estalló en las manos.
Dicho esto, la situación del Mallorca es más que preocupante. El buen rendimiento del equipo en Son Moix lo está siendo menos tras ceder el sábado la cuarta derrota en Palma por otros dos empates. Con lo que hay no basta y el club debe fichar a un par o tres de jugadores para ser titulares indiscutibles. Moreno está pagando ahora las malas decisiones en los refuerzos de verano, con solo dos o tres jugadores aprovechables de un total de doce. Milagros, a Lourdes, debe pensar el técnico mallorquinista.
La pájara le ha llegado al Atlético Baleares, que ayer encajó en un solo partido todos los goles que había recibido a domicilioayer encajó en un solo partido todos los goles que había recibido a domicilio, tres. Mejor ahora que a final de temporada, cuando se decide todo, debe pensar Mandiola. El equipo no gana fuera desde hace dos meses y tamp0co marca, un problema que le ha costado el liderato al conjunto blanquiazul, que deberá espabilar si quiere acabar la Liga en lo más alto para intentar el ascenso de forma directa. Queda mucho, pero la goleada ante un modesto es un serio aviso.
