Afinar la puntería y convertir las ocasiones, ese es el único requisito que se le puede exigir a día de hoy al Real Mallorca. Si hasta hace solo dos jornadas el principal problema del conjunto bermellón era que no chutaba a portería (promediaba el peor bagaje de remates entre los tres palos de La Liga), tras la disputa de las dos últimas jornadas, el equipo de Vicente Moreno ha demostrado una gran mejoría en ese apartado.

Tanto ante el Levante en el Ciutat de València, como ante el Betis el pasado sábado en Son Moix, el Mallorca apuntó en cada partido hasta siete tiros a puerta, superando en ese registro a su rival, pese a perder finalmente ambos partidos. El conjunto bermellón ha afinado la puntería, pero ahora le falta convertir esos remates. "El chorro de ocasiones que hemos tenido en la segunda parte no lo he visto en ningún partido. Lo que pasa es que tenemos que tranformarlas. Ha habido muchas y muy claras, pero les hemos sacado poco rendimiento. Es nuestro sino esta temporada. Al final de merecimientos y buenas sensaciones no se vive, sino de resultados", se lamentaba Vicente Moreno en rueda de prensa tras la derrota de este pasado sábado ante el conjunto andaluz.

Si hasta la jornada 13, el Mallorca promediaba 2'5 disparos a puerta por partido, tras la disputa de los dos últimos encuentros este dato ha mejorado. El equipo rojillo ha encontrado solución a uno de los principales problemas que arrastraba desde el inicio del campeonato, pero Aitor para el Levante y Joel Robles para el Betis se interpusieron ahora en el camino.

Este pasado sábado en Son Moix, Take Kubo hasta en tres ocasiones, Lago Junior en dos, Aleix Febas y Antonio Raíllo probaron al guardameta del Real Betis bajo los tres palos. El Mallorca convirtió al portero madrileño en el hombre del partido con paradas casi imposibles hasta los últimos minutos del encuentro. El portero del conjunto andaluz adivinó incluso la dirección del lanzamiento de Lago Junior en el penalti, llegando incluso a tocar el balón. Pero el de Costa de Marfil pegó al cuero con muchísima fuerza y el balón terminó en las mallas.