En su hábitat natural, Abdón Prats se siente de lo más cómodo. Artà, su pueblo de origen, fue el escenario que eligió el futbolista del Real Mallorca para confesar uno de los secretos que llevaba guardando desde el pasado 20 de junio, cuando su equipo cayó derrotado en Riazor (2-0) en la ida de los play-off de ascenso a Primera División.

"Lo cierto es que tengo a toda la isla engañada", empieza confesando el delantero mallorquín en un vídeo publicado por el club bermellón en el que intercambia vivencias con otro gran deportista de la localidad, el ciclista Enric Mas.

"Me he de confesar", reconoce el delantero al ser cuestionado sobre el gesto que hizo en Riazor, cuando se dirigió a la hinchada bermellona presente en la grada indicando con su mano el número tres: "Yo realmente lo que quería decir es que de aquí a tres días nos veíamos en Son Moix, no que íbamos a marcar tres goles. Veía a los aficionados del Mallorca tristes, cabizbajos, y miraba a la afición del Dépor, que ya se veía en Primera. Solo fui a dar un empujón porque siempre han estado allí apoyándonos".

La confesión de Abdón, cuyo gesto se convirtió en su momento en un símbolo de creencia para el mallorquinismo, llama especialmente la atención y muestra una vez más la franqueza y espontaneidad del delantero del Real Mallorca.

El futbolista rojillo también señala en el vídeo lo que sintió al anotar el gol que otrogaba el ascenso de su equipo a la máxima categoría del fútbol español. "Fue un momento muy especial, aunque recuerdo marcar el gol y no querer celebrarlo con mucha euforia porque sabía que quedaban todavía diez minutos y no quería que el karma se volviera en mi contra", asegura el futbolista mallorquín.