El Mallorca sufrió ayer en sus carnes en el Ciutat de València la inoperancia y la falta de criterio del VAR en acciones dentro del área. Con el colegiado Pizarro Gómez sobre el terreno de juego, el videoarbitraje obvió dos claros penaltis a favor de los bermellones que podrían haber decantado el encuentro a favor de los de Vicente Moreno.

La primera jugada polémica se dio en el primer minuto de juego. Aleix Febas recibió un balón pegado a la línea de banda izquierda. En su arrancada, dejó atrás a Postigo, central derecho del Levante, que vio cómo el jugador leridano enfilaba hacia la portería defendida por Aitor Fernández. Una vez dentro del área, arrolló al mediocentro mallorquinista por la espalda, trabándole con las piernas. Pizarro Gómez señaló saque de esquina, ante las protestas airadas de los jugadores bermellones, que no entendieron su decisión.

La segunda jugada polémica del encuentro fue con el árbitro ya a punto de señalar el final del partido, con el Mallorca volcado en ataque buscando el empate. Take Kubo controló con el pecho un balón al borde del área, y de volea enganchó un fuerte disparo que Aitor Fernández desvió a córner. Su remate golpeó en las manos de un defensor, por lo que el jugador nipón protestó aunque el VAR, tras revisar la jugada, decidió que eran involuntarias.

Si la jornada pasada ante el Villarreal el Mallorca se vio beneficiado por el arbitraje, ayer ante el Levante vivió la otra cara de la moneda.