Es la sexta derrota consecutiva como visitante. Es el único equipo de la Liga que no ha sacado ningún punto lejos de Son Moix, aunque anoche parecía que sería un encuentro diferente para el Mallorca, que se quedó con las ganas ante el Levante (2-1). No fue suficiente mostrar más orgullo que en otras ocasiones para evitar la impotencia que sufre cada vez que coge el avión. Un tiro en el larguero de Abdón en el último suspiro fue el postrero intento de los de Moreno, que se habían levantado al tanto inicial de Roger gracias al empate de Dani Rodríguez. Pero un tiro desde su casa de Rochina desniveló la balanza justo cuando parecía que los rojillos iban a por la victoria. Es pura frustración, pero la realidad es que el Mallorca regresará a la isla de vacío, aunque tiene motivos para quejarse de la actuación arbitral. Y no es ninguna excusa.

Nada más empezar ya reclamó, con toda la razón, un penalti de Postigo sobre Febas. Pero ni el colegiado Pizarro Gómez ni, lo que es peor, el VAR, quiso saber nada. ¿Entonces para qué está si en acciones tan claras no interviene? La rabia que generó la acción no amilanó a los bermellones, que ayer vestían de blanco. Porque tenían la posesión del balón, con un Baba entonado, y creando problemas al Levante. En el minuto once dispuso de una sensacional ocasión que hubiera acabado en gol en la mayoría de veces si no hubiera en la portería un meta del nivel de Aitor Fernández. Dani Rodríguez envió un gran centro que Budimir cabeceó con mucha fuerza muy ajustado al palo, pero los reflejos del cancerbero vasco fueron espectaculares. Poco después Salva Sevilla lo intentó con un tiro. Los valencianos, que tuvieron que prescindir del lesionado Melero, elevaron sustancialmente su nivel, sobre todo haciendo daño en las bandas de Sastre y Gámez. En una de ellas Miramón sentó al del Puerto de Sagunto y su centro lo remató de espuela Borja Mayoral, pero Reina estuvo providencial. El malagueño también estuvo en su sitio con sendos cabezazos de Roger Martí. El Mallorca había dado un paso hacia atrás. Incluso poco antes del descanso, tras un saque de esquina, Vezo centró al interior del área pequeña y Roger remató alto.

La reanudación no pudo ser peor. Los locales salieron con una o dos marchas más y se notó pronto en el electrónico. Miramón sirvió un gran centro a Roger Martí, que se adelantó a Sastre en la marca y cabeceó a placer al fondo de la red. Fue un mazazo en toda regla, por mucho que se haya vivido esta situación como visitante esta temporada.

El Mallorca tenía que espabilar como fuera porque quedaba un mundo por delante. Kubo, desde una posición similar a la del gol ante el Villarreal, lo intentó con un chut que paró Aitor Fernández.

La pelota, sin embargo, seguía siendo de los granotas. Borja Mayoral, con un tiro alto y un remate con la punta de la bota, dejó claro que querían aniquilar a los baleares. Pero ayer parecía que iba a ser diferente para un Mallorca que fue capaz de levantarse. Porque en el minuto sesenta y cuatro Kubo envió un balón a Sastre, que ganó la banda y su gran centro al interior del área fue rematado con el alma por Dani Rodríguez para firmar el empate. Un gran gol que cambió el panorama porque los de Moreno, que introdujo a Señé por Salva Sevilla, se creyeron que podían marcar otro. La pena es que eso solo duró ocho minutos. Es el tiempo que tardó Rochina en lanzar un obús desde treinta y tres metros que ni Reina se esperaba. Un jarro de agua fría de verdad para el equipo y el medio cententar de mallorquinistas desplazados a Valencia. El preparador metió a Chavarría y Abdón, pero ya solo quedaba intentarlo a la desesperada. Así metió la bota Dani Rodríguez sin suerte en un remate.

El Levante también perdonó después en una ocasión de Bardhi. Dani Rodríguez, otra vez, lo intentó con un chut. Precisamente el gallego fue víctima de una agresión de Campaña, que supuso su expulsión en el 86. Y ahí el Mallorca lo dio todo. Primero con un tiro flojo de Abdón y después con una volea de Kubo que previamente tocó el balón en la mano de un defensa granota y que debería haber sido penalti. Y ya en la última jugada del partido, un balón al larguero de Abdón fue el final de una noche que prometía mucho más y acabó como siempre.

El árbitro

No pitó penalti sobre Febas ni por manos de un defensa del Levante. El Mallorca lamentó la actuación de Pizarro Gómez y, sobre todo, del VAR, que no entró a valorar el derribo de Postigo sobre Febas que era penalti ni unas manos claras dentro del área de un defensa del Levante en el 92.