Sin hacer excesivo ruido, Dani Rodríguez se está convirtiendo en uno de los jugadores más importantes en este inicio de temporada. Estará mejor o peor, pero el gallego lo da todo sobre el terreno de juego. Con una potencia descomunal y con el balón siempre pegado a los pies, lideró todos los contragolpes del Mallorca ayer en Son Moix. De sus botas fue el origen del segundo gol rojillo, al recibir un pase de Kubo y avanzar a toda velocidad a la portería de Asenjo. Más escorado de lo que desearía, puso un balón franco al área al que llegaba Febas si no hubiera sido arrollado por Asenjo. Él más que nadie se merecía lanzar la pena máxima. Por gentileza de Lago, así lo hizo, a la derecha del guardameta del Villarreal. Buen lanzamiento que aumentaba la ventaja. Partido completo de un jugador completo.