La llegada al Mallorca del futbolista japonés Take Kubo fue noticia por tres motivos: por el fichaje de un jugador prometedor; porque llegaba cedido procedente del Real Madrid y porque el seguimiento de sus compatriotas lo convierten en un caso entre lo exótico y lo llamativo.
Dicho esto, sus aportaciones al principio con el penalti provocado ante el Athletic de Bilbao, la doble ocasión al poste con el Atlético de Madrid o el pase de gol ante el Getafe se fueron diluyendo y sus aportaciones últimamente se habían quedado en nada.
Tras no jugar ni un solo minutos en Valladolid, Take salió de titular ante el Villarreal y en 65 minutos -el tiempo que Moreno le mantuvo en el terreno de juego- tuvo tres apariciones vitales para resolver el partido y ser ese futbolista llamado a marcar diferencias. Take Kubo apareció tres veces y el Mallorca ganó 3-1.
A los doce minutos provocó un penalti tras gran jugada a la salida de un córner que propiciaba el 1-0, firmado por Lago. A los 23 minutos, con un taconazo de lujo, dio salida desde campo propio a un contraataque que originaba el segundo penalti del partido y el consiguiente 2-0.
Y cuando el Villarreal había acortado diferencias en el marcador, tres minutos después del 2-1, pidió el balón en la frontal del área para lanzar un zurdazo espectacular que establecía el 3-1 definitivo en el marcador.