A Gerard Moreno (Santa Perpètua de Moguda, Barcelona 1992) se le vendrán hoy muchos recuerdos a la cabeza cuando baje del autocar a su llegada a Son Moix. El delantero llega como flamante futbolista internacional con España y, hasta que ayer le adelantó Benzema con sus dos goles en Eibar, el pichichi de la Liga con ocho dianas. Hace seis años estaba empezando en el fútbol profesional y el Villarreal aceptó la petición de Llorenç Serra Ferrer, entonces director deportivo y máximo accionista del Mallorca, para que llegara cedido por una temporada.

Los bermellones acababan de descender tras dieciséis años en Primera División y necesitaban pólvora. Quizá fue el fichaje que menos ruido generó de aquel verano de 2013, con el mallorquinismo en estado de 'shock' por haber perdido la categoría y el club en plena guerra de poder.

Moreno solo tenía 22 años y ya había ayudado a los castellonenses a ascender a la elite la temporada anterior tras tirar la puerta del primer equipo en la segunda vuelta, después de destacar en el filial. José Luis Oltra, el técnico del Mallorca, tardó poco en darse cuenta que su rendimiento en ataque sería muy superior al de los Geijo, Víctor Casadesús y Alfaro, que eran los que tenían que marcar diferencias arriba -Hemed se recuperaba de una grave lesión-.

El equipo estuvo muy lejos de las expectativas despertadas en un curso para olvidar, evitando el descenso a Segunda B en la última jornada en Córdoba, pero el catalán fue de los que siempre dio la cara. Marcó goles para todos los gustos, demostrando olfato en el interior del área así como también de fuerte disparo desde lejos. Acabó como 'pichichi', con once tantos y regresó al Villarreal. Desde entonces, ya no ha abandonado la Primera División, aunque ha regresado a la isla en alguna ocasión porque todavía conserva amistades.

Su trayectoria ha sido imparable. Fue vendido al Espanyol, donde se había formado en las categorías inferiores, para acabar triunfando en los tres cursos que vistió de blanquiazul. Los dieciséis goles que marcó en la 2017/2018 le valieron para regresar al estadio de La Cerámica, donde es un referente. Los ocho goles que lleva -ya ha superado en solo cuatro meses de competición los siete del curso anterior- le han puesto en la primera línea del fútbol nacional. De ahí que el seleccionador Robert Moreno no dudara en llamarle.

Gerard debutó en Suecia con la selección española el día que firmó la clasificación matemática a la Eurocopa 2020 y en el que cumplió "un sueño desde pequeño" y "lo máximo" a lo que aspira un futbolista español, tal y como reconoció después. El ariete es la gran amenaza hoy de los bermellones. Los Raíllo, Valjent y compañía deberán vigilarle muy de cerca. No perdona. Según datos que aporta la Liga de Fútbol Profesional, ha necesitado chutar tan solo quince veces para marcar esos ocho tantos, una efectividad solo al alcance de los mejores del campeonato. Por eso hay motivos para temerle de verdad.