Un partido que el Mallorca tenía perfectamente controlado lo dejó escapar en unos últimos minutos en los que se vio superado por un Osasuna que tuvo la virtud de no rendirse nunca. Cardona y Rubén García equilibraron los goles de penalti de Lago y Salva Sevilla e incluso se pudo llevar el partido en los minutos finales, más entero que su rival. Una lástima porque hasta el minuto 70 solo hubo un dueño del partido. Fue el Mallorca, que disputó posiblemente su mejor encuentro del curso. Hasta el gol del empate nada hacía presagiar un final tan emocionante y ligeramente decantado del lado visitante.

Se vio desde el primer momento que Moreno tenía muy bien estudiado al Osasuna. Sabía el valenciano que si como mínimo no se ponía la misma intensidad que los navarros poco había que hacer. Y en eso superaron los mallorquinistas a los pamplonicas. El equipo de Arrasate se vio sorprendido en una primera media hora primorosa del Mallorca, a ratos con un nivel de fútbol de altos quilates. El público -ayer menos del habitual como no podía ser de otra manera en un día laborable y a una hora que solo a Tebas se le ocurriría- se lo pasaba de lo lindo. Veía a un Mallorca muy diferente al de Leganés, al que concedió su primera victoria. Era el mismo equipo excepto Sastre, que no estaba ni entre los convocados, por Lumor, que fue de más a menos.

Antes del gol de Lago, Osasuna pudo adelantarse en una jugada que si no acabó en gol fue porque Valjent se lanzó de forma acrobática ante Cardona, que se disponía a empujar el balón al fondo de la portería. Acciones así justifican un partido, y Valjent hace tiempo que está a un nivel estratosférico. Es uno de los fijos de Moreno, y con toda justicia. El Mallorca se adelantó en el minuto 20, tres después del susto. Dani Rodríguez se hizo con el balón en el área, en una jugada aparentemente sin peligro porque daba la espalda al guardameta Rubén, pero el gallego fue arrollado por Torres. Lo vio muy claro el árbitro, que no dudó en señalar el punto de penalti, y también el infractor, que se llevó las manos a la cabeza en reconocimiento de su error. Lago se hizo rápidamente con el balón para lanzar la pena máxima, fuera del alcance del portero.

Moreno ya tenía el partido donde quería. Con Osasuna obligado a atacar en busca del empate, confiaba el técnico rojillo en que el rival dejaría espacios atrás. Los dejó, pero la pareja de centrales formada por Roncaglia y Aridane fue una roca. Aridane es lo más parecido a una pared de hormigón. Valjent pudo marcar el segundo cinco minutos después al estrellar el balón en el larguero en un cabezazo a un saque de esquina. Poco más pasó en una primera parte que solo tuvo un dueño. Nada hacía presagiar un cambio tran brusco en la segunda parte.

Como era de esperar, Osasuna adelantó sus líneas. Hizo una presión alta para dificultar la salida del balón de los mallorquinistas. Papel protagonista tuvo un viejo conocido, Pervis Estupiñán, un jugador como la copa de un pino. Al igual que Brandon, fue pitado cada vez que tocaba el balón. Todo un clásico.

Dos genialidades de Febas estuveron a punto de dar sus frutos. Primero en el minuto 51 en un pase milimétrico a Lago que este desaprovechó, y nueve minutos después en otra obra de arte dirigida a Budimir, cuyo disparo se fue fuera por muy poco. De nuevo el croata obligó a Rubén a lucirse en un remate con pinta de acabar en gol.

En el minuto 68 el partido dio un giro con el gol de Cardona en una gran jugada personal. Era el inicio de unos minutos locos. Cuatro después se volvería a adelantar el Mallorca de penalti por unas claras manos de Roncaglia. Ausente Lago, Salva Sevilla se encargó de lanzar y marcar. Y cuatro minutos después volvería a empatar Osasuna por medio de Rubén García, que remató a gol de cabeza un gran pase de Estupiñán. Moreno quemó todas sus naves con Abdón, pero el marcador ya no se movería. El segundo gol dejó muy tocado a un Mallorca que incluso sufrió para mantener el punto.