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Los Mallorca - Real Madrid en cinco historias

1. El partido más largo, y por la tele

El 27 de octubre de 1997 el estadio del Lluís Sitjar vivió su partido más largo y no falto de polémica. El Real Madrid aterrizaba en el antiguo...

Stankovic encara a Víctor, en el Lluís Sitjar. b.ramon

El 27 de octubre de 1997 el estadio del Lluís Sitjar vivió su partido más largo y no falto de polémica. El Real Madrid aterrizaba en el antiguo feudo bermellón para medir al Real Mallorca de Héctor Cúper. Era la primera temporada en la que LaLiga instauraba fútbol los lunes y el equipo rojillo recibió al todopoderoso conjunto blanco precisamente en un día de la jornada no falto de polémica. Lo más curioso de ese encuentro televisado fueron todos los contratiempos que se vivieron durante el mismo.

El partido comenzó el lunes y acabó el martes. Pasadas las nueve y media de la noche, dio inicio el choque, en el que Héctor Cúper puso como titulares a Roa, Olaizola, Iván Campo, Marcelino, Romero, Valerón, Stankovic, Mena, Engonga, Amato y Moya. Por parte del conjunto blanco jugaron Cañizares, Sanchís, Hierro, Roberto Carlos, Seedorf, Redondo, Víctor, Jaime, Amavisca, Raúl y Morientes. Solo unos minutos después del inicio del encuentro cayó sobre el césped del Lluís Sitjar una gran tromba de agua, acompañada de rayos, que provocó el apagón de los focos de una de las torres que iluminaban el estadio, con más de 24 mil personas llenando las gradas.

El árbitro Andradas Asurmendi tuvo que detener el juego en el minuto 43. Desde la megafonía se pedía a los aficionados que no se movieran de sus sitios para evitar cualquier consecuencia negativa, como que se produjeran montoneras de gente en las puertas de acceso al estadio. Apenas media hora después, volvió la luz y se pudieron jugar con normalidad los dos minutos que restaban hasta el descanso.

Ya en la segunda mitad, veinte minutos después de la reanudación hubo un nuevo apagón. Pero en esta ocasión no afectó a una torre, sino a la iluminación del estadio al completo. El colegiado volvió a detener el partido durante una media hora hasta que se restableció la luz artificial del Lluís Sitjar. El balón se puso en marcha de nuevo hasta el final del partido, ya en la madrugada del martes y sin movimientos en el marcador. El meritorio empate a cero ante el Real Madrid quedó empañado por los continuos apagones en el feudo bermellón. Las consecuencias fueron terribles para la imagen del Mallorca y su directiva lamentó las "penosas" condiciones en las que se jugó el encuentro. El club bermellón parece un experto en lo que a apagones se refiere. Desde ese partido, en otras dos ocasiones el estadio de Son Moix se ha quedado a oscuras por motivos similares.

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