"Vine siendo un niño y nunca pensé que iba a jugar en Primera División. Estaré en deuda eternamente con el Mallorca y su afición. Me han permitido ser futbolista profesional y formarme como persona. Todo lo que soy se lo debo a ellos". Con estas palabras entrecortadas y lágrimas en los ojos puso Tomás Pina fin a su etapa como futbolista bermellón. Corría el año 2013 y el jugador ciudarrealeño, ahora en las filas del Deportivo Alavés, preparaba las maletas con destino a Villarreal. Solo un mes antes, Pina era uno de los futbolistas del plantel bermellón que consumaba el descenso del equipo a Segunda División, una categoría que se le quedaba pequeña y en la que decidió no enrolarse.

El centrocampista de Ciudad Real comenzó su carrera en el Móstoles, desde donde fue traspasado con poco más de 20 años al Mallorca. Entre 2008 y 2010 Pina militó en el filial bermellón, donde disputó 72 partidos y anotó 4 goles. Ya en la temporada 2010 debutó con el primer equipo, donde pronto se convirtió en una de las piezas fundamentales y se ganó la confianza de técnicos de la talla de Laudrup, Caparrós o Manzano.

Su traspaso al 'enemigo', el Villarreal, no sentó nada bien entre el mallorquinismo, pero sí a las arcas del club. El jugador no se marchó solo de la isla. Giovani Dos Santos también formó parte de la doble operación. Llorenç Serra Ferrer reclamó en torno a diez millones de euros por los dos jugadores, una fórmula ideada por el pobler con el objetivo de pagar menos al Tottenham, propietario del cincuenta por ciento de los derechos de Gio y así sacar un mayor rédito de la operación.