Thomas Partey conoce el camino de memoria que hoy le llevará hasta el estadio de Son Moix. El ghanés (Odumase Krobo, 1993) ya es un futbolista consolidado en uno de los grandes del fútbol mundial, pero hace seis años, con apenas veinte, aterrizó en la isla para vivir su primera experiencia profesional cedido por el Atlético de Madrid. “Voy a trabajar duro para que el Mallorca vuelva a Primera División”, dijo en su presentación junto al entonces máximo accionista del club, Llorenç Serra Ferrer, en un verano en el que todavía escocía el descenso tras dieciséis años en la elite.
Nada más lejos de la realidad, porque los bermellones evitaron el descenso a Segunda B en la última jornada en Córdoba, pero a nivel personal, el africano aprovechó la temporada con creces. Disputó treinta y siete partidos, treinta y cinco de ellos como titular y anotó cinco goles en un curso en el que estuvo bajo las órdenes de José Luis Oltra, Lluís Carreras y la dupla formada por Javier Olaizola y Pep Alomar.
Compartió vestuario en Son Bibiloni con ilustres veteranos como Martí, Aouate y Nunes y con futbolistas que ahora están en Primera División, como Marco Asensio, Gerard Moreno, Bigas, Álex Moreno y Ximo. Aquella temporada fue un trampolín para el pivote, ya que su siguiente escalón fue el Almería en Primera División, donde también disputó muchos minutos hasta regresar al Atlético de Madrid.
Simeone decidió quedárselo en el verano de 2015 y el tiempo le ha dado la razón. Aprecia las soluciones tácticas que le aporta porque es un centrocampista que combina muy bien el trabajo defensivo con el ofensivo. Abarca mucho terreno de juego y físicamente es muy poderoso y fuerte, además de poseer un buen disparo. Cada temporada ha ido aumentando su protagonismo y, de hecho, en las dos últimas campañas ha disputado más de treinta partidos en cada una de ellas. Puede presumir de ser campeón de la Liga Europa y de la Supercopa de Europa, éxitos que solo veía lejanos cuando se vistió de bermellón en un Son Moix que hoy pisará otra vez.
