El Atlético de Madrid muestra dos caras en la Liga. Cuando juega de local se muestra como un equipo fiable, que ha hecho del Wanda su fortín y en el que es muy difícil arañar puntos. En cambio, a domicilio, el equipo del Cholo en ocasiones no es reconocible y y baja consideralemente su nivel.

Haciendo referencia a los últmos resultados cosechados en el presente curso, ya no es ni tan fiable ni tan productivo ni tan seguro de visitante como en el pasado. No sólo por el varapalo sufrido en San Sebastián, que le apartó de otro paso fugaz por la cima de la clasificación, sino por su rendimiento en los últimos tiempos lejos de su estadio.

Por ejemplo, porque ha ganado sólo la mitad, seis, de sus doce visitas más recientes en el campeonato; porque en cuatro de sus cinco últimas derrotas a domicilio encajó más de un gol y perdió por más de un tanto de diferencia, o porque de sus 27 últimas salidas ligueras sólo ganó diez. Por contra, empató ocho y perdió nueve. Es decir, cedió 43 de sus últimos 81 puntos como foráneo; demasiado para un equipo que se siente, y es, un aspirante al título.