Manolo Reina, futbolista del Real Mallorca, declaró ayer en el Juzgado de Valencia y negó que recibiera o tuviera conocimiento de que se hiciera ningún tipo de ofrecimiento por parte del Real Zaragoza para el presunto amaño del partido que enfrentó en 2011 al club maño y al valenciano y cuya victoria sirvió al equipo aragonés para salvar la categoría. De hecho, aseguró que el partido fue "muy reñido" y "bastante duro".

Además, sobre el hecho de que las extracciones de dinero de sus cuentas disminuyeran en los meses posteriores al encuentro, según señala la Agencia Tributaria en un informe, Reina negó la mayor y defendió que continuó sacando dinero con una frecuencia similar a la de otros meses.

Así lo apuntó el guardameta bermellón, que compareció como acusado en la cuarta sesión de este proceso en el que se juzga el presunto amaño del partido disputado en 2011 entre el club maño y el Levante. Con la victoria en este encuentro, el equipo aragonés logró evitar el descenso de categoría y fue el Deportivo de La Coruña el club que bajó a Segunda División.

El mallorquinista, al igual que lo hicieran en la jornada del jueves los ex del Zaragoza Gabi, Ander Herrera y Jorge López, entre otros, ha negado tener conocimiento de que el partido estuviera amañado y de que existiera ninguna prima. Reina, que decidió contestar únicamente a las preguntas de su letrado, puso en duda las conclusiones extraídas del informe de la Agencia Tributaria. "Es falso que tuviera menos extracciones después del partido (como dice el informe). Extraje numerosas cantidades mediante tarjeta en cajeros de otra cuenta. Extraje 4.600 euros en los 141 días posteriores al partido. Los 141 días anteriores al partido saqué 6.190 euros. Extraje 300 euros menos al mes. La diferencia es ridícula", explicó.

El de Villanueva del Trabuco, que aterrizó en el Real Mallorca en el verano de 2017, se quedó en el banquillo durante el encuentro entre el Zaragoza y el Levante, pero reconoció que vio un encuentro "disputado e intenso, igual que otros".

La versión de los futbolistas del Levante contrasta con las del entonces propietario y presidente del club aragonés Agapito Iglesias y el actual vicepresidente y consejero delegado del Real Zaragoza, Fernando Sáinz de Varanda, quienes atribuyeron los 965.000 euros que presuntamente sirvieron para amañar el partido a primas a la plantilla.

En esta sesión del juicio, el centrocampista valenciano Miguel Pallardó destacó que él quería ganar el partido porque pertenecía al Getafe -estaba cedido en el Levante- y el equipo madrileño también se jugaba el descenso, por lo que tenía interés en que los azulones consiguieran permanecer en Primera División el próximo año ante la posibilidad de regresar a este equipo, aunque acabó recalando nuevamente el siguiente año en el Levante.

El fiscal Anticorrupción Pablo Ponce interrogó a Pallardó por el hecho de que un informe de la Agencia Tributaria incorporado a la causa apunte una disminución considerable del dinero que extrajo de su cuenta en los 141 días posteriores al Levante-Zaragoza. En concreto, detalló que solo se localizaron dos retiradas de 300 euros entre mayo y septiembre, dato que contrasta con los 18.000 euros que sacó en los 141 días previos al partido y que supone una reducción en la comparación del 90 por ciento del importe y del 85% de las operaciones.

Ante esto, Pallardó hafirmó que se casó en junio -el encuentro tuvo lugar en mayo- y "muchos invitados" le dieron "las estrenas de la boda en efectivo". "En julio empezamos la pretemporada y estamos en los hoteles y no gasto y mi mujer se fue al pueblo. En agosto tiré de tarjeta", puntualizó. El representante del Ministerio Público le respondió a esto que en las mismas fechas del año anterior realizó 44 operaciones, algo que el futbolista atribuyó a que ya estaban preparando la boda.

30 de septiembre Fecha señalada para las conclusiones

Manolo Reina y el resto de los 41 encausados por el presunto amaño del partido entre el Levante y el Zaragoza deberán acudir el próximo 30 de septiembre al juicio en una jornada de conclusiones a la espera de que se conozca la sentencia. El malagueño confía en acabar con lo que sin duda debe ser una pesadilla por el mal trago que supone tener que sentarse en el banquillo de los acusados.