Cuarenta y tres minutos a un nivel excepcional hasta la jugada del penalti. Antonio Raíllo puso en bandeja el gol al Valencia tras cometer una falta dentro del área totalmente innecesaria y que echó por la borda el gran trabajo que había realizado el Mallorca durante la primera mitad.

Coquelin, que ayer estuvo a un gran nivel, condujo el balón dentro del área. Apenas sin espacio para maniobrar o chutar, su jugada no tenía muchas posibilidades. El central se lanzó al suelo y le facilitó la tarea a Alberola Rojas, que no dudó en señalar penalti. Manolo Reina recriminó al central esta acción, a falta de dos minutos para retirarse a vestuarios. En Primera no se puede regalar nada, y menos a un equipo con la capacidad del Valencia. Raíllo es un gran central pero debe corregir estos errores.