No era una final, ni el rival era de los más taquilleros del fútbol español, pero Son Moix registró ante la Real Sociedad la mejor entrada en un partido de Liga de los últimos seis años. Los 18.133 espectadores que acudieron al estadio son fiel reflejo de la enorme ilusión que ha despertado el Mallorca entre sus aficionados. Es cierto que en la retina de todos aparecen los 21.210 personas que acudieron en la mágica noche de Sant Joan, el pasado 23 de junio, en la ya histórica final por el ascenso ante el Deportivo. Pero en un encuentro de Liga no iba tanta gente a Son Moix desde el 1 de abril de 2013, cuando los bermellones se midieron precisamente al conjunto gallego, en Primera División, con 23.239 personas en las gradas. Aquel día se trataba de lograr una victoria que no llegó y que encarrilaba el descenso de los baleares dieciséis años después. Desde entonces, jamás acudió tanta gente al estadio en la cinco temporadas que ha estado en Segunda y, por supuesto, la de Segunda B.

Sin embargo, hay un matiz importante para dar más valor a la entrada de ayer. El club regalaba miles de invitaciones en aquella época, de ahí que fuera más fácil ocupar tantos asientos. Ahora sucede justo lo contrario. De hecho, la entidad informó ayer que había agotado las entradas a la venta para el duelo ante la Real Sociedad, por lo que las dos mil localidades que se quedaron sin ocupar fueron de abonados -tiene 16.125- que no se desplazaron.

Ahora el aforo de Son Moix ha disminuido porque, con la grada Lluís Sitjar abierta y el Fondo Norte cerrado, alcanza los 20.500. Y visto lo visto, esta temporada se llenará en más de una ocasión. Buena señal, ya que supone un buen ingreso para el Mallorca y un mejor ambiente para el equipo, que tiene menos excusas para no ganar frente a sus fieles.