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Análisis

El bipolarismo de siempre

El bipolarismo de siempre

El bipolarismo tan típico en el fútbol únicamente aparece tras las derrotas. Muchas veces las dos caras de una misma circunstancia comparten parte de razón, por extraño que parezca. Porque es verdad que esta derrota ante la Real Sociedad duele, como cualquier otra, pero eso no debe hacer perder el equilibrio, que todavía estamos en agosto. Porque los vascos, que están diseñados para luchar por meterse en Europa, están un escalón por encima en cuanto a su calidad. Esto no justifica perder, por supuesto, pero peor sería que el equipo no compitiera y que estuviera lejos de las señas de identidad que le han llevado hasta la Primera División. Nada de eso se vio ayer en Son Moix en un partido igualado y en el que Odegaard marcó las diferencias. A ver si ahora los de Moreno deben ganar 3-0 todos los partidos. Los alarmismos no son buenos compañeros de viaje y este grupo se ha ganado la suficiente credibilidad como para estar tranquilos. Sin embargo, tampoco hay que ponerse una venda. Es evidente que el equipo necesita más calidad que experiencia, aunque una cosa suele ir ligada a la otra. Tiene que haber alguna incorporación más que eleve el nivel de verdad. Está por ver cómo rinden los nuevos, pero algunos de los antiguos también deben ir a más. Eso es una obligación. La salvación pasa por eso.

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