Cuatro minutos se demoró Dani Rodríguez en marcar su primer gol en Primera División. Fue en una contra. Tras recibir un pase de Budimir, el gallego puso la directa hacia la portería del Éibar y, con su potencia habitual, puso en ventaja al Mallorca. No fue el mejor por su gol, importantísimo, porque dio tranquilidad al equipo, sino porque fue el motor del centro del campo. Excitado como lo estuvo en los play-off de ascenso, Dani Rodríguez fue un jugador decisivo en la victoria. Participó en todas las acciones de ataque del equipo, siempre con decisiones acertadas. En el minuto 71, cuatro antes del gol en propia puerta del conjunto armero, pudo adelantar a su equipo con un remate a bocajarro de cabeza que se fue alto. Hubiera sido la guinda a una actuación memorable.