"Grande, Joan. Se queda". Estas palabras, captadas por las cámaras de IB3 Televisió, son algunas de las muchas que se vocalizaron ayer en Son Bibiloni. Las pronunció Abdón Prats sobre la feliz noticia de la renovación y ampliación del contrato de Sastre por el Mallorca hasta 2023. Ni uno ni otro son Piqué y Neymar, ni falta que les hace, pero la utilización de un símil de ese mensaje, que en su día escribió el defensa del Barcelona en las redes sociales sobre el brasileño, arrancó una gran sonrisa al resto de miembros de la plantilla. No era para menos.

El de Porreres, que no disimuló su alegría por haberse desbloqueado la situación, fue el absoluto protagonista de la sesión en la ciudad deportiva. Quizá se sentía más aliviado que otra cosa, pero lo que es seguro es que se ponía fin a un culebrón que había enrarecido el ambiente entre el mallorquinismo.

El varapalo que le había dado el consejero delegado del club, Maheta Molango, en la presentación de la renovación de Vicente Moreno hasta 2022, al acusarle de "estar mal asesorado", había provocado un incendio de consecuencias imprevisibles. Sastre y su entorno se molestaron mucho, tal y como explicó este diario, ya que consideraban que el dirigente pretendía "crear un conflicto" y defendían que el jugador solo pretendía "un contrato digno". Pero una vez que las alarmas empezaron a sonar de verdad, la situación se desbloqueó por la clara voluntad de entenderse y hasta autocrítica de las partes. Por eso el acuerdo fue total.

Sastre, a pesar de haber pasado unos días complicados, fue el primero que vio con buenos ojos la forma en la que el club anunció la noticia. Simuló una conversación de 'whatsapp' con varios compañeros de equipo en el que era expulsado inicialmente del grupo, para después ser introducido por el capitán Xisco Campos. Ahí comunicó que seguiría de bermellón, tras llegar hace doce años al club, hasta 2023. Como mínimo.

Moreno, en su charla inicial del entrenamiento de ayer, le dedicó unas palabras y el canterano, después del aplauso del resto del equipo, también habló sobre el mismo césped. El entrenador, durante el trabajo, le dio un abrazo, así como también el ayudante, Dani Pendín. Sabían que el lateral derecho, indiscutible en los ascensos a Segunda y Primera, lo había pasado mal. Y ellos también. Sastre se muere de ganas de entrenar y jugar. "Ya no me duele ni la ampolla del pie", reconoció en el vestuario. La normalidad en su vida ha vuelto, por mucho que en el horizante vislumbre jugar en la elite con el escudo de su Mallorca. A sus 22 años, todavía le quedan muchas historias por vivir, pero esta es de final muy feliz.

Amistoso ante el Platges de Calvià

El Mallorca se mide hoy en Son Bibiloni al Platges de Calvià, de Tercera División, en un partido que se disputará a puerta cerrada -por motivos de espacio- a partir de las 19:15 horas y que podrá ser seguido a través del 'streaming' de la web de IB3.

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