Nervios y tensión fueron los ingredientes que se mezclaron ayer en Son Moix durante la primera jornada de renovación del abono. Cientos de aficionados acudieron desde primera hora de la mañana para poder renovar su carnet de abonado y pasadas seis horas aún seguían sin poder haberlo conseguido. "Es una vergüenza lo que está pasando", explicó Pep Miquel, que lleva ocho años como socio y que denunció que nunca había vivido esta situación.

La indignación era máxima entre los aficionados, que no encontraban explicación a lo que estaba sucediendo. Es el caso de Carmen Gallego e Izan Pérez, que se hicieron socios estando el club en Segunda B. "La organización es horrible. Deberían haber previsto todo esto. Llevamos desde las 7:30 haciendo cola y aún no sabemos nada. Es increíble", lamentaron ambos tras cinco horas de espera.

Eva Company, que lleva más de quince años siendo socia, acudió alrededor de las once de la mañana al estadio con la intención de renovar su localidad y aprovechar para dar de alta su hermana, pero se encontró con que ya no repartían números. "Después de lo que pasó hace dos años el club debería haber tomado medidas. Nos vamos y ya volveremos otro día porque hoy es imposible", exclamó.

Otros aficionados como Carlos Bauzada o Alba Ponferrada, que fueron de las primeros en llegar al estadio, mostaron su idnignación al ver como algunas personas se colaron. "Cuando hemos llegado hemos visto gente sin ticket que entraba en la oficina, sin contar a las peñas del club que han renovado muchos carnets y les han dejado pasar por delante de nosotros", comentó Alba.

La renovación de los carnets de los aficionados pertenecientes a las peñas fue algo que encendió aún más los ánimos. Miquel, que acudió para renovar y poder dar de alta a su hijo y a un amigo se marchó sin poder lograrlo. "Han llegado los representantes de las peñas con un cartapacio lleno de solicitudes y han estado más de una hora dentro. Deberían tener unos días para renovar ellos y otros para el resto de abonados", criticó. Cada vez que se abría la puerta de la oficina se escuchaban gritos de protesta como "esta organización es tercermundista" o de burla y e ironía, haciendo suyo el cántico de "Sí, se puede" cuando alguna persona lograba acceder al interior de las oficinas.

No fueron muchos los aficionados que pudieron mostrar orgullosos su carnet para la temporada 2019/2020. Es el caso de Margalida Sastre, Marino Sierra y su hijo Andrés. "Hemos hecho más de cinco horas de cola para conseguir los carnets. Los precios son muy asequibles, aquellos que se quejan son los que no han sufrido por los descensos del club", comentó Margalida.

Daniel Puertas y Marga Puertas consideran que los precios están muy bien para ser de Primera, pero que la organización fue terrible. "Nunca habíamos visto el descontrol de esta mañana para renovar el carnet. Lo peor es que el club no ha informado en ningún momento", manifestaron.

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