El Mallorca se está encontrando con dificultades a la hora de dar salida a alguno de los jugadores que no entran en los planes de Vicente Moreno.Pablo Valcarce y Carlos Castro, dos de los recién llegados la pasada temporada, se encuentran en la rampa de salida del club bermellón pero sus elevados sueldos, inasumibles para los clubes interesados en ellos, están provocando que la situación se enquiste a una semana de empezar la pretemporada.

Pablo Valcarce, con contrato hasta 2022, apenas ha contado para el técnico mallorquinista durante toda la temporada. Con el ascenso a Primera su salario ha aumentado de manera ostensible y equipos que intentan acometer su fichaje, como el Elche de Pacheta, no pueden llegar a alcanzar su sueldo, por lo que la marcha del jugador está bloqueada en estos momentos.

En el caso de Carlos Castro - tiene contrato con el club hasta 2020- es evidente que no cuenta para Moreno. Titular al inicio de la temporada, pasó a ver los partidos desde la grada. Cedido en el mercado invernal al Elche, el equipo no notó su marcha y con el ascenso y la elevada nómina de delanteros en plantilla no tiene hueco. Cuenta también con una elevada ficha y es difícil encontrar un equipo -tiene cartel en Segunda División- que pueda asumirla.

Por otra parte, el Marbella, conjunto donde ha jugado Alejandro Faurlín esta temporada como cedido, quiere que el jugador continúe con ellos, aunque el mediocentro argentino, con contrato hasta 2020, no quiere renunciar a la ficha que cobra en el Mallorca.

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