El Real Mallorca ha entrado en una nueva dimensión. El ascenso a Primera División, consumado el pasado domingo al derrotar por 3-0 al Deportivoderrotar por 3-0 al Deportivo, le supondrá a la entidad rojilla un mínimo de 45 millones de euros por derechos de televisión, a la altura de los que menos cobran de la categoría por su condición de recién ascendido. Esta importante inyección económica supone todo un bálsamo para el propietario del club, el magnate norteamericano Robert Sarver, que desde su aterrizaje en la entidad mallorquinista en enero de 2016 ya ha invertido 33 millones de euros.

Desde la temporada 13-14, la siguiente al descenso del Mallorca a Segunda División, la brecha por ingresos entre los clubes que más y menos cobran por derechos de televisión se ha reducido de forma considerable. Antes de esa temporada, los que menos ganaban apenas superaban lo que ingresan ahora los clubes de Segunda, unos cinco millones. Ahora, el que menos ronda entre 45 y 50 millones de euros, unas cantidades que permiten afrontar con garantías el presente y el futuro de la entidad. Lógicamente, está muy lejos de lo que ingresan por televisión los dos colosos del fútbol español, el Real Madrid y el Barcelona, alrededor de los 150 millones de euros.

El noventa por ciento del total se distribuye entre los clubes de Primera y el restante diez por ciento, entre los de Segunda. Por eso, un descenso se contempla como una auténtica ruina económica para cualquier club. En LaLiga Santander, la mitad se reparte a partes iguales, mientras que en LaLiga 123 el porcentaje se eleva al 70%. El resto se distribuye en función de los resultados deportivos obtenidos en las últimas cinco temporadas y la implantación social, es decir, la recaudación en abonos y taquillas.

Para el Mallorca el ascenso, aparte de todo lo que conlleva, supone un respiro en el capítulo económico y posiblemente permita al club sanear completamente sus cuentas. Mientras tanto, Sarver ha ido dando pequeños pasos para reducir la deuda que arrastra la entidad. Así, en noviembre de 2017 acabó con la deuda de seis millones de euros que el club mantenía con los acreedores del concurso y únicamente quedan por pagar unos 17 millones a Hacienda, que se devuelven a plazos hasta 2021.

El Mallorca acumula un déficit de trece millones de euros desde 2016, una situación que se agravó con el descenso a Segunda B en 2017, cuando se sumó un déficit de 4,3 millones. Para esta temporada recién finalizada está presupuestado un pasivo de 3,7 millones.

El compromiso del dueño de los Phoenix Suns con el Mallorca está resultando intachable. Ha dado múltiples muestras de ello. La última, el pasado 25 de abril cuando, en la Junta General de Accionistas, aportó tres millones de euros más para un total de 33 desde su llegada.

Los cerca de cincuenta millones que ingresará el club servirán para reforzar el equipo de cara a afrontar con garantías la Primera División. Y es que se pretende que el del domingo haya sido el último ascenso en la historia del club.

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  • El Mallorca acumula un déficit de 13 millones de euros desde 2016
  • Lo que se juega el Mallorca con el ascenso: 46 millones por derechos de televisión
  • Baño de grandeza

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