Abdón Prats representa todo lo bueno que le ha ocurrido al Mallorca en los dos últimos años. La remontada frente al Deportivo comenzó con el mensaje que el artanenc envió nada más acabar el encuentro en Riazor, citando para la vuelta en tres días a todos para conseguir lo que parecía imposible en Son Moix. Prats, con su gol frente al conjunto gallego, entra en la historia del club balear para siempre.

El delantero de Artà no ha tenido un camino de rosas. Su apellido -es sobrino del que fuera portera del Mallorca y del Betis, Toni Prats- y su juventud le pesaron al principio. Tras debutar ante el Getafe con el Mallorca en la temporada 2011/2012, vivió un descenso con el filial y, tras un breve paso por el primer equipo cuando ya estaba en Segunda División, comenzó un periplo por diferentes equipos como el Tenerife, el Burgos o el Mirandés. No fue hasta llegar al Racing cuando se destapó y logró sus mejores registros goleadores hasta la fecha.

La temporada siguiente, con el Mallorca recién descendido a Segunda B, no dudó en regresar al equipo de sus amores. Abdón fue protagonista desde el primer momento, encarnando los valores del club y defendiendo con orgullo la camiseta del equipo en cada partido. Por su condición de canterano y fiel seguidor del Mallorca, Abdón se convirtió en uno de los ídolos de la afición. Siendo el pichichi del equipo con doce goles, contribuyó de manera notable a lograr el ascenso a Segunda.

Este año vivió un comienzo complicado. Llegaron refuerzos al equipo y parecía que estaba destinado a tener que marcharse otra vez, pero a base de trabajo consiguió permanecer en la plantilla. Durante la temporada ha alternado la titularidad con la suplencia, aportando goles pero sin llegar a ser el delantero de referencia. De hecho, entre final de enero y principios de marzo no llegó ni a ir convocado, situación agravadapor la llegada de Budimir. Personas de su entorno cuentan que salía llorando de Son Bibiloni al no ver recompensado su esfuerzo en forma de convocatorias.

Pero todo el sufrimiento se esfumó con una virtuosa arrancada y un latigazo imparable que sirvió para devolver al Mallorca a los altares del fútbol profesional. La catarsis que inició cuando tuvo que abandonar la isla en busca de minutos se completó y el artanenc ha grabado a fuego su nombre en la historia del equipo bermellón.

Un gol que significa mucho más que subir a Primera. Todo aficionado mallorquinista recordará este momento y con él, a Abdón, uno de los nuevos mitos para la parroquia bermellona. Sus lágrimas al acabar el encuentro representan todo lo que ha vivido y padecido. Abdón Prats representa al Mallorca y el mallorquinismo se siente de nuevo identificado con el club gracias a futbolistas como él, que sienten el escudo y lo dejan todo en cada partido.